E

l colapso y la tensión que se vivía en las negociaciones entre la directiva y los trabajadores de Levantina se diluyó con rapidez tras la larga reunión que mantuvieron ayer el comité de empresa de la factoría marmolera LAM 5 (Levantina Asociados y Minerales); y los representantes de la mercantil. La reunión, que se prolongó durante más de cuatro horas, no arrojó luz sobre si la marmolera cancelará en su totalidad o sólo en parte la actividad de la planta número 5 de Novelda, aunque sí determinó que los 75 trabajadores afectados van a ver reconocidos y garantizados sus derechos laborales tal y como exigían sus representantes. Así, la empresa se comprometió a asegurar las prestaciones y beneficios adquiridos por categoría laboral, antigüedad y por los acuerdos alcanzados en el centro de trabajo conocido como LAM 5.

El acta de la reunión, documento al que ha tenido acceso este periódico, recoge que la directiva de Levantina "reconsiderará el cierre del centro Novelda 5". Cabe recordar que la empresa considera "deficitaria" la factoría debido a que, según argumenta los responsables, la demanda de sus productos se ha visto afectada por la crisis del sector de la construcción. Fuentes consultadas por este diario manifestaron que el cierre podría producirse de manera parcial y limitar la actividad a mantener algunos departamentos de la fábrica.

No obstante, el documento refleja que la reconsideración sobre LAM 5 pasa por "establecer y negociar" las condiciones del traslado de los empleados a otras plantas de la empresa situadas en Novelda, reubicación que ya anunció la empresa el pasado diciembre. Así pues, Levantina planteó ayer que la recolocación en nuevos puestos de trabajo puede generar tres supuestos: que los trabajadores obtengan retribuciones superiores a las que obtienen en la actualidad, que se mantengan igual o que cobren "sustancialmente menos" que lo que perciben ahora. La dirección de la marmolera reconoce un perjuicio económico para el último caso y se comprometió, por tanto, a "negociar una compensación" para paliar la desventaja económica.

La reivindicación relativa a los derechos de los trabajadores, puesta sobre la mesa por parte de los sindicatos a lo largo de todo el periodo de consultas, ha sido reconocida de manera amplia. Durante las semanas anteriores, los representantes de los empleados han hecho hincapié en la necesidad de reconocer estas condiciones independientemente del cierre de la planta, tal y como está estipulado en los pactos existentes entre la empresa y el comité de LAM 5. De hecho, el acta recoge que la directiva está dispuesta a reconocer categorías profesionales y antigüedad en la empresa, además de todas las garantías personales a los trabajadores que tengan justificadas expresamente estas prestaciones. En el acta no se incluye ninguna condición para disfrutar de estos derechos.

Con respecto al cierre de la segunda planta que Levantina prevé clausurar en agosto -conocida como factoría número 12 o Bermármol- las citadas fuentes manifestaron que "no se conoce absolutamente nada sobre las intenciones de la empresa" con respecto a esta factoría con más de 175 trabajadores en plantilla. Los representantes de ambas partes se reunirán esta tarde para matizar los acuerdos alcanzados ayer.

El conflicto laboral en el seno de la multinacional marmolera arrancó el pasado mes de diciembre, cuando la empresa hizo público el cierre de las plantas 5 y 12 que tiene operativas en el casco urbano noveldense. Levantina anunció como "inminente" -febrero de 2008- el cese de la actividad y el desmantelamiento de la factoría 5, y se mostró dispuesta a negociar un posible traslado de los 250 trabajadores a otros centros de producción de la marmolera próximos a Novelda.