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Las canteras de mármol de Pinoso recaudan su cifra más baja desde 2007

Los ingresos municipales por la explotación minera del monte Coto se reducen un 35% en los cuatro últimos años y condicionan el nuevo presupuesto

El monte Coto, propiedad municipal de Pinoso, alberga el mayor yacimiento de mármol de Europa y el más grande del mundo de color crema marfil.

La actividad extractiva de mármol en las canteras del monte Coto de Pinoso atraviesa su peor momento en los últimos doce años. Así queda reflejado en los datos que maneja el Ayuntamiento, y que constatan que los ingresos municipales por la explotación minera se han reducido un 35% entre 2014 y 2018.

El año pasado el Consistorio pinosero obtuvo 4.434.264 euros por el canon que los empresarios deben abonar en función del volumen de metros cúbicos de mármol crema marfil que extraen del monte público. Pero si se compara con el balance de 2017, en el que la recaudación municipal alcanzó los 5.211.432 euros, la reducción es de 777.168 euros, casi un 15% menos de ganancias para este municipio del Medio Vinalopó poseedor de la cantera a cielo abierto más grande de Europa.

«La cifra obtenida en 2018 es la más baja registrada desde los datos de recaudación de canteras del año 2007», indica el edil de Hacienda, el socialista Francisco José López. Tanto este concejal como el alcalde Lázaro Azorín consideran que la tendencia a la baja de 2018 se mantendrá pareja a lo largo de 2019, lo que influirá en la elaboración del nuevo presupuesto municipal. «Pero desde el gobierno estamos haciendo un gran esfuerzo para mantener los servicios, aunque haya menos ingresos, siendo no obstante consecuentes con la necesidad de adoptar medidas», añade el primer edil admitiendo su preocupación por la situación actual.

Tras años de bonanza en la extracción de mármol, el mercado nacional se frenó en seco en 2008 al estallar la burbuja inmobiliaria. El sector de la piedra natural reaccionó con rapidez, supo adaptarse a las nuevas demandas del mercado internacional y consiguió incrementar su volumen de negocio, tanto de bloques en bruto como de mármol elaborado, en China y en los países árabes. Sin embargo a partir de 2014 la exportación comenzó a reducirse hasta que en 2017 inició una caída muy acentuada. Descenso que ha continuado en 2018 y previsiblemente lo seguirá haciendo en 2019.

Los motivos que explican este fenómeno son varios, y de entre ellos destaca el desplome de la demanda en el mercado chino y el cambio de moda de los colores de mármol que solicitan los países árabes. Del crema marfil y los marrones del Vinalopó se ha pasado al blanco, gris y negro, tonalidades más abundantes en productores emergentes como Turquía y Egipto. La creación de nuevos materiales cerámicos, sintéticos y artificiales también está relegando a un segundo plano a la piedra. Son tendencias constructivas que, aunque pueden cambiar, no parecen que vayan a hacerlo a corto plazo, lo que seguirá ralentizando la actividad minera en el Coto durante el primer semestre de 2019.

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