El alcalde de Elda, Rubén Alfaro, ha puesto en pie de guerra a los departamentos municipales con el fin de suprimir las facturas que se quedan en los cajones de las diferentes áreas del ayuntamiento, durmiendo el sueño de los justos. El fin del revulsivo es pagar en menos de 30 días las que llegan a la Casa Consistorial y rescatar parte de las inversiones que se han bloqueado por no cumplir la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.

Con este objetivo ha reunido a los jefes de los distintos departamentos y solicitado su implicación a través de un plan con el fin de reglamentar los contratos de servicios y adaptarlos a la nueva Ley de Contratos de Servicios Públicos. El alcalde señala que «con esta iniciativa vamos a conseguir ajustarnos al periodo establecido por la legislación y al mismo tiempo ordenar los servicios y contratos y dotarles una mayor transparencia». Así se rebaja notablemente la cuantía de los contratos menores, una figura mediante el que la adjudicación del contrato se realiza directamente al empresario elegido por la administración.

El anterior sistema facilitaba que algunas facturas se quedasen olvidadas en los cajones y se enquistase su pago. A veces por desidia, otras por problemas técnicos o incluso porque se quedaban traspapeladas entre montañas de documentos. El socialista ha incidido en que «la organización de los distintos departamentos es algo que se debería haber realizado hace quince años». Pero ahora es cuando se le quiere hincar el diente.

Ademas se ha planteado como reto adaptar la factura digital de forma integral. Así, antes de noviembre, fecha en que las administraciones locales deberán dejar de trabajar con cartas de pago en papel, el Ayuntamiento de Elda abandonará el registro de las facturas convencionales. Ésta es otra de las medidas encaminadas a evitar los atrasos que tantos quebraderos de cabeza le han supuesto y que han llevado a programar un plan de ajuste, que ha dejado al Ayuntamiento con una escasa capacidad en inversiones.

La nueva arquitectura organizativa llevará un esfuerzo extra a los departamentos municipales que deberán trabajar para sacar adelante las bases de contratación de servicios, que anteriormente se realizaban casi de forma automática pero que más tarde, desde Intervención revisaban una a una antes de efectuar el pago. Ahora el trabajo previo será más costoso pero finalmente se pretende conseguir agilidad en la tramitación de las facturas así como conseguir mejores precios por parte de los proveedores municipales.