Biar y Villena son dos poblaciones limítrofes de la comarca del Alto Vinalopó, en la provincia de Alicante, y además están unidas por fuertes lazos festeros que quedan de manifiesto cada 12 de mayo. En el penúltimo día de celebraciones de Moros y Cristianos, las calles de Biar se inundan de pólvora y estruendo con la guerrila en el cerro de San Nicolás. Tras la batalla las huestes cristianas y moras- Blanquets, Blavets, Estudiants, Maseros, Moros Vells, Tariks y Moros Nous- se desplazaron a la Plaza de la Constitución donde tuvo lugar la Embajada.

Una vez el bando moro perdió la fortaleza, ya anocheciendo se llevó a cabo el pacto entre Biar y Villena por la custodia de La Mahoma, el símbolo de las tropas de la media luna. Como marca el protocolo, el alcalde de Villena, Javier Esquembre, solicitó al alcalde de Biar, Julio Sanjuán, la cesión de La Mahoma para las fiestas locales y prometió custodiarla hasta el día 8 de septiembre, cuando de nuevo volverá a la villa. Asimismo, Esquembre le entregó un pergamino en el que rubricó el compromiso de los villenenses de conservar la efigie.

Tras aceptar el acuerdo los vecinos de Biar, concentrados a las puertas del Ayuntamiento entonaron la tonadilla de despedida: «La Mahoma de Biar menja rotllos y fogases, la hi porten a Villena i la inflen a remolatxes». Así las comparsas de Moros Vells y Nous tomaron a la efigie de Mahoma y la trasladaron hasta el final de calle La Torreta. Con los sones del «Ball dels Espies», Biar le dijo adiós esperando la llegada del 8 de septiembre para recibirla de nuevo.