Los vecinos de la calle Virgen de la Soledad y adyacentes llevan años soportando el foco de insalubridad, ratas, hedores, okupas y delincuencia en el que se ha convertido la amplia vivienda baja de los números 22 y 24, a escasos metros de la rotonda del Parque de Bomberos y entre los términos municipales de Elda y Petrer.
El problema se remonta unos siete años atrás cuando el propietario de la casa se ahorcó en el patio. La propiedad quedó en el mismo limbo en el que sigue hoy en día, y el viejo inmueble fue objeto de saqueos y ocupaciones ilegales hasta convertirse en vertedero urbano, refugio de roedores y guarida de delincuentes y toxicómanos. De hecho en los últimos años la vivienda ha sido escenario de varios incendios y detenciones.
En el barrio están «desesperados». Aseguran haber aguantado mucho tiempo pero la situación es ya «insostenible». La falta de un propietario claro al que pedir responsabilidades y el hecho de que la casa se encuentre entre los términos de Elda y Petrer está dificultando la solución de un problema contra el que los vecinos han decidido rebelarse. «Solo queremos que retiren toda la basura y lo tapien porque esto es un nido de malos olores, infecciones y drogas. Hemos recurrido a todos los sitios y nadie nos hace caso. ¡Qué hagan algo ya!», exclamaba ayer el exlegionario Lucio Berlanga Deltell tras recorrer a oscuras las dependencias de un tétrico inmueble que empieza a presentar síntomas de ruina, y en cuyo alrededor han aparecido en los últimos días varias ratas muertas.
