El alcalde de Villena, Javier Esquembre, justificó ayer la subida de la tasa de agua potable de un 21% como una medida «necesaria para abordar las múltiples necesidades que tiene el servicio. Una obligación que distintos gobiernos han obviado y han compensado a costa de no realizar ninguna inversión hidráulica durante los últimos diez años».

La primera autoridad local lamentó el rechazo al incremento de la tasa del agua de los grupos de la oposición -PP y PSOE- «ya que deberíamos ir de la mano en un servicio básico, puesto que si no se sube la tarifa se estaría dejando morir todas sus infraestructuras y por tanto el servicio». Asimismo, el alcalde explicó que el informe del Interventor establecía que la subida debía de ir asociada a un plan de inversiones, «que todavía no se tiene, porque la nueva adjudicataria deberá realizar un estudio del estado de las infraestructuras para después decidir qué obras son las prioritarias».

La modificación fiscal precede a una nueva licitación del servicio, que está en marcha, y que durante ocho meses gestionará el servicio de agua en la ciudad, además de realizar un estudio que aclare las necesidades técnicas que el servicio de agua tiene en el término municipal para acotar las actuaciones en una próxima licitación «que podría incorporar la gestión directa o mixta del servicio de aguas», afirmó el alcalde.

Javier Esquembre subrayó que las familias con riesgo de vulnerabilidad podrán acogerse a la tarifa reducida y que en términos reales el incremento «no es excesivo puesto que supondrá para una familia de cuatro miembros con un consumo de 25 metros cúbicos un incremento de 0.90 euros al mes. Además gracias al IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), las familias con menos recursos que no alcancen los mínimos marcados se beneficiarán de descuentos de 3,65 euros mensuales», afirmó. Así aseguró que «Villena es el municipio de la provincia con la tarifa de agua más barata».