En 2018, la Junta Diocesana de Cofradías y Hermandades de Semana Santa conmemora el 25 aniversario del primer encuentro provincial del sector. Un cuarto de siglo después, esta entidad ha evolucionado notablemente y las 31 juntas locales que la componen han visto en la diocesana un apoyo para impulsar sus valores.

¿Cuánto de complicada ha sido la integración de las juntas locales en el ente provincial?

A las Juntas Mayores, Patronatos, Cofradías y Hermandades, les costó dar ese paso. Ayudó la toma de conciencia de que con los nuevos tiempos era necesario entrar en un proceso de reconocimiento legal tanto a nivel civil como eclesiástico. La creación en 1997 de la Junta Diocesana, ayudó a quitar ese miedo y ese temor que se tenía a un posible control de las cuentas y patrimonio por parte del Obispado. Un temor que fue desapareciendo gracias al gran trabajo realizado por las primeras juntas directivas presididas por Francisco Polo y Vicente Mora y el reverendo Antonio Borruel como consiliario.

¿En qué proyectos está inmersa la Junta Diocesana hoy?

En varios. Uno de ellos, el estudio sobre las repercusiones socioeconómicas de la Semana Santa en la provincia, que, a instancias de la Diputación y del diputado Eduardo Dolón, está elaborando el Ineca. Otro proyecto es una guía de la Semana Santa en la provincia para su promoción turística y un plan de formación cofrade.

¿Cree que las instituciones públicas tienen en cuenta el valor turístico-cultural?

Las instituciones públicas están valorando la importancia que no sólo en Semana Santa, sino durante todo el año tiene el llamado turismo religioso, algo muy importante, puesto que está permitiendo impulsar a nivel local sobre todo proyectos de restauración de imágenes, presencias en ferias turísticas y subvenciones para el desarrollo de actividades culturales o lúdicas. Pero es necesaria más colaboración y sobre todo que cuando llega la Cuaresma, al igual que hacen otras Comunidades Autónomas o Diputaciones, deberían apostar más fuerte para captar el turismo que en estos días tiende a desplazarse a otros lugares.

¿Qué medidas cree posibles para este impulso turístico?

La Diputación Provincial está tomando conciencia de ello, de ahí el estudio que comentaba anteriormente. No tenemos que olvidar que la provincia tiene las dos únicas Semana Santa de la Comunidad Valenciana declaradas de Interés Turístico Internacional como son las de Orihuela y Crevillent y el Domingo de Ramos de Elche. En cuanto a representaciones, «La Pasión» de Callosa de Segura, está Declarada de Interés Turístico Nacional. Un potencial muy fuerte al que le falta promoción institucional, de la que además de la Semana Santa, se podrían beneficiar diferentes sectores profesionales de la Comunidad y de la provincia. El interés del turismo religioso es un valor en alza durante todo el año. Y hay que tomar conciencia de ello.

Jueves Santo no festivo. ¿Es una piedra en el camino?

Sin duda, pero es el caballo de batalla que tenemos todos los años. En 2018, menos en Cantabria, Cataluña y la Comunidad Valenciana, el Jueves Santo es festivo en toda España. La Administración Autonómica, con independencia de quien gobierne, no cree en el valor y la repercusión que el turismo religioso que a través de la Semana Santa, puede tener en diferentes sectores profesionales. Poder ofrecer una inmejorable oferta complementaria al sol y playa de nuestras costas desde el Jueves Santo al Lunes de Pascua, es un lujo que aquí seguimos sin explotar.

A nivel legal, ¿cómo se encuentran las cofradías?

Desde la Junta vamos de la mano del Obispado, preparando una asamblea informativa para explicar la nueva Ley de Protección de Datos que entrará en vigor en mayo. En febrero, nuestro asesor jurídico, Francisco Javier García Mora, presentaba en una jornada en la UMH el «Manual Destinado a las Juntas Mayores, Cofradías y Hermandades de Semana Santa, previo a fundación, tras su aprobación y en el día a día». Un gran trabajo que hacía mucha falta.

¿Le preocupa que haya descendido el interés por ser costalero en algunas poblaciones?

Me preocupa la falta de costaleros como me preocupa la falta de nazarenos con velas o de fieles alumbrando. Estamos viviendo unos tiempos muy influenciados por una fuerte corriente laicista y materialista, pero ante ello no tenemos que ceder y debemos salir en nuestras procesiones con auténtico sentimiento cristiano para poder transmitir el mensaje de amor fraterno que nos dejó Jesucristo en su Pasión, Muerte y Resurrección.

¿Considera que la celebración tiene interés turístico internacional, como viene en los títulos de Orihuela, Crevillent y Elche?

Por supuesto que la tiene, su imaginera, con Salzillo y Benlliure como exponentes, la artesanía de la palma rizada, los tronos, el canto coral, los bordados, estandartes, gastronomía, mira si hay donde elegir. Sólo falta creernos que tenemos lo mejor, porque si no nos lo creemos nosotros, no van a venir de fuera a hacérnoslo creer.

¿Qué diferencia la Semana Santa de hoy y la de hace 50 años?

Quizás antes había mas participación y fervor religioso. Ahora, hay una gran variedad de ofertas que se presentan como alternativa a las procesiones. Son muchos los que se van de vacaciones a otros lugares, de ahí que las administraciones de la Comunidad deben tomar conciencia de la importancia que tiene en nuestra región el turismo religioso.

¿Y a nivel religioso?

A nivel religioso yo lo veo igual; sigue imperando la religiosidad popular y la tradición. Ahora toca conducir esa religiosidad popular a una vivencia de los actos litúrgicos propios del Triduo Pascual, es decir los oficios que se celebran en las parroquias el Jueves y Viernes Santo y la Vigilia Pascual -la ceremonia más importante de la fe cristiana.

¿Cuáles son sus asignaturas pendientes en el cargo?

Tres proyectos, el Plan de Formación Cofrade, el Estudio sobre la repercusión socioeconómica de la Semana Santa en la Provincial y la publicación de la Guía de la Semana Santa de la Provincia de Alicante.