Una intervención rápida, eficiente y coordinada por parte de Policía Nacional, Guardia Civil y servicios médicos del centro de salud de Aspe ha permitido socorrer en Aspe a una potencial víctima de violencia de género. En apenas tres horas se ha logrado localizar a la mujer y darle protección policial para evitar una posible agresión por parte de su pareja sentimental que, supuestamente, había proferido insultos y amenazas de muerte contra ella.

Según ha podido saber este diario a través de las fuentes consultadas en Aspe, los hechos se produjeron pasadas las 9.30 horas de la mañana del viernes cuando una médico de Atención Primaria recibió, por error, un mensaje de audio desde un número de teléfono desconocido para ella. Un hombre la había confundido con otro vecino de la localidad y, tras acusarle de haber mantenido relaciones sexuales a escondidas con su mujer, lo insultaba y le advertía en tono agresivo que iba a matarlos a los dos. Primero a ella y luego a él.

Rapidez policial

La doctora dio inmediatamente la voz de alarma ante el temor de que la mujer, a la que se escuchaba de fondo en el mensaje de Whatsapp, fuera agredida realmente por su compañero sentimental. Sin pensarlo dos veces decidió llamar a un agente de la Policía Nacional Adscrito a la Comunidad Valenciana que se encontraba en Alicante fuera de servicio. Y en menos de una hora el policía consiguió, a través de diferentes averiguaciones, confirmar la veracidad de los hechos y la identidad de la presunta víctima, lo que permitió activar el protocolo de actuación para la protección de víctimas potenciales de violencia de género.

Ataque de ansiedad

Ni el presunto maltratardor ni la mujer respondían a las llamadas telefónicas así que una patrulla de la Guardia Civil de Aspe se dirigió rápidamente al domicilio de ambos, donde tampoco había nadie. En un primer momento se temió lo peor pero finalmente los agentes lograron dar con la mujer en el centro de salud, a donde se había dirigido en compañía de su madre tras sufrir un ataque de ansiedad. Aunque se encontraba asustada y alterada no presentaba signos externos de violencia.

Los agentes le proporcionaron protección y, una vez que consiguió tranquilizarse y superar el miedo, se dirigió al cuartel para interponer la correspondiente denuncia, iniciándose en ese mismo instante un dispositivo de búsqueda para detener al presunto autor de los hechos que, en el momento de cerrar esta edición, seguía sin ser localizado.