Primero fueron los nabos y ahora las habas. Las heladas registradas en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó durante los últimos días han ocasionado pérdidas del 30% de la cosecha de habas. Son las primeras estimaciones realizadas por la organización Asaja tras analizar los efectos del desplome de las temperaturas que, entre las madrugadas del sábado y el domingo, oscilaron entre los -7 registrados en Villena y los -3 grados de Novelda.

Los afectados son, en su mayor parte, propietarios de pequeñas fincas que suelen carecer de póliza agraria. De ahí que las compañías de seguros apenas hayan tramitado partes. Un ejemplo de ello lo ha encontrado este diario en la partida de El Campet-Cuatro Caminos. Un paraje rural situado entre Novelda y Aspe. En la madrugada del sábado el frío fue tan intenso que quemó las habas de los huertos. «Llevo diez años viviendo aquí y no recuerdo unas heladas tan fuertes como las de este invierno», señalaba el jubilado Tomás Martínez Sáez.

En el Alto Vinalopó el resto de cultivos hortofrutícolas parecen haber soportado bien las últimas inclemencias meteorológicas. Las mantas térmicas que se suelen colocar a cultivos extensivos como las zanahorias, chirivías e incluso las lechugas han cumplido su función y tampoco se han detectado daños en los frutales ni en los almendros.

En este último caso, al encontrarse todavía los árboles en fase de floración, el hielo no ocasiona daños. «Sin embargo en las plantaciones del Medio Vinalopó, donde el fruto comienza a formarse, los efectos adversos podrían suponer una reducción de la próxima cosecha», advierte Pedro Rubira, responsable de Asaja en la comarca. «En Villena llevamos desde noviembre con hielos continuos y, aunque el almendro todavía está en flor y por tanto está indemne, el olivar sí empieza a resentirse», precisaba ayer Salvador de la Torre, representante de Asaja en la zona. Un proceso que se aprecia en la defoliación de los olivos mientras las hojas que resisten pierden la lozanía que las caracteriza. Por el momento, la situación no es preocupante. Hay margen de regeneración. Pero si las heladas persisten la campaña de la aceituna caerá el año que viene.