La construcción ha dejado paso a la agricultura en Aspe. Los terrenos de la partida rural de Alcaná donde se iba a construir una macrourbanización con campo de golf producen ahora verduras y hortalizas de primera calidad que se venden en toda España y Europa. El residencial Tatiana World, un proyecto que se presentó en el Consistorio aspense en junio de 2001, en pleno «boom» inmobiliario, se ha convertido 17 años después en una finca agrícola dotada de las instalaciones y técnicas más avanzadas para cultivar diferentes variedades de lechuga, brócoli y perejil. Una nueva explotación agrícola del Grupo Lucas de Murcia, que da empleo a una media de sesenta personas para producir 150 millones de lechugas y brócoli en una superficie de 1,5 millones de metros cuadrados.

El único vestigio que queda de la frustrada macrourbanización son dos chalés piloto edificados en el valle de las sierras del Rollo y la Horna para que los compradores eligieran el tipo de bungalow que querían adquirir. Viviendas que ahora son utilizadas por los trabajadores de la finca y que se levantaron después de que el pleno aprobara en marzo de 2005, aprovechando la mayoría absoluta del entonces gobierno socialista, el concierto previo del Plan General de Ordenación Urbana para recalificar 2.513.544 metros cuadrados -2.600 tahúllas- de suelo rústico a suelo residencial.

La actuación generó en su día una gran controversia política y dividió a los aspenses porque contemplaba la construcción de 5.000 viviendas unifamiliares y un crecimiento poblacional que pasaría de 16.976 a 64.860 habitantes. Era un pueblo dentro de otro pueblo pero alejado a kilómetros del casco urbano y próximo a los términos municipales de La Romana y Hondón de las Nieves. Una propuesta sobredimensionada que dejaba muchos interrogantes sobre el impacto ecológico, la alteración del paisaje, el desequilibrio urbanístico, el suministro de agua, la prestación de servicios públicos y los problemas derivados del abastecimiento energético. Cuestiones que IU se encargó de denunciar y que generó movilizaciones, protestas, convocatorias reivindicativas y recogida de firmas contra los «cantos de sirena» y la filosofía del «pan para hoy y hambre para mañana».

Seis años después de aprobarse el concierto previo, en febrero de 2011, el pleno decidió finalmente desestimar la tramitación municipal del controvertido expediente Tatiana World. Gobierno y oposición se unieron en contra de un modelo urbanístico basado en el ladrillo y la especulación, y optaron por seguir desarrollando un «pueblo para el pueblo» con un crecimiento moderado, responsable y sostenible.

Una vez rechazado el proyecto los terrenos quedaron en manos de entidades financieras y algunos pequeños inversores a los que el Grupo Lucas ha comprado todas las tierras y dos fincas anexas de 50 y 15 hectáreas cada una.

La compañía es un gigante del sector con empresa propia de transporte y semillero privado de lechuga, brócoli, escarola y acelga. Su cifra de negocio alcanzó los 72 millones de euros en 2016 y dispone de una plantilla de 1.350 operarios repartidos por toda España. Fundada hace más de 50 años por una familia de agricultores, en la actualidad ocupa el puesto 46 en el ranking nacional de ventas de verduras y hortalizas al por mayor y dispone de dos centros de manipulación en Murcia, en los que solo el año pasado se envasaron 100.000 toneladas de productos agrícolas.

La altitud, el clima, el suelo, la ubicación, las facilidades que ha dado el Ayuntamiento y, sobre todo, los derechos de riego de los terrenos que iba a albergar la macrourbanización han sido los factores que han llevado al Grupo Lucas a implantarse en Aspe. Una apuesta que sella la victoria de la tierra sobre el hormigón.