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Biar

Locos por la bola extra del «pinball»

Juan Carlos Durá ha logrado reunir en una nave industrial de Biar más de un centenar de máquinas recreativas «del millón»

Locos por la bola extra del «pinball»

Más de un centenar de máquinas de «pinball» se han adueñado de una antigua nave industrial de Biar. Allí, Juan Carlos Durá y Mariano Moreno han creado su particular club de ocio donde poder divertirse con los juegos que en su infancia ocupaban un lugar preferencial en los recreativos. Son muchos los jóvenes que se dedicaban golpear las dos paletas cubiertas de goma que impulsaban la bola de hierro por el tablero.

La llegada de entretenimientos con más resolución, más versátiles y tecnológicos les aparcó a una segunda fila. Y poco a poco desaparecieron, una vez fueron cerrando las salas recreativas. Sin embargo, desde hace unos años se ha retomado la pasión por un entretenimiento que requiere destreza mental y mantener las templanza ante una máquina que busca la forma de sacar de las casillas a los jugadores.

Las más de sesenta máquinas que se encuentran en la exposición son una oda a la cultura pop y al gusto por lo «vintage». En el taller de reparaciones, que se encuentra en el mismo espacio, más de 20 esperan que les toque el turno para ponerlas a punto. A Durá le es difícil decantarse por su favorita. Después de pensarlo un momento reconoce que su máquina fetiche es la «pinball Dragon» de Recreativos Franco. Creada en 1977, sus componentes son mecánicos y eléctricos, todo un clásico capaz de retar al jugador cada vez que se enfrenta a ella.

Entrar en la nave industrial es una vuelta al pasado, ingresar en un ataque de nostalgia de cuando los videojuegos todavía no eran el único entretenimiento de los adolescentes o, en todo caso, la máquina de «flipper» sólo tenía que competir con los marcianitos o el Pacman en los recreativos, que eran el lugar de encuentro de las pandillas de jóvenes.

Durá y Moreno han conseguido reunir la importante colección hablando con antiguos distribuidores de las del millón y restaurando muchas de ellas. Algunas estaban a punto de acabar en el desguace y después de retoques y una mano de pintura lucen como nuevas en una exposición que abre dos tarde de sábado cada más que los fanáticos de este juego tengan la posibilidad de conseguir las bolas extras.

Son horas de trabajos de buscar el mejor cristal que sustituya al que está roto así como de desentrañar cómo funciona el mecanismo de alguna de ellas que fue creada en los años 60 para que la bola vuelva a serpentear por el tablero hasta llegar a la diana.

En Biar, en el club de Durá y Moreno, se ha celebrado el último Campeonato de España y hasta allí se acercaron amantes de este juego de azar, que precisa de un buen juego de caderas para llevar la bola donde se quiere a golpe de pulgar. Tras recibir a jugadores de toda España, los fanáticos de las «flipper» han puesto en marcha la creación de una asociación de «pinball» en la localidad.

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