Cerca de 600 firmas se han recogido con el fin de remodelar la obra de renovación de la calle Méjico. La principal queja proviene de la farmacéutica Mari Carmen Rico, quien argumenta que han sido los propios vecinos quienes han iniciado la campaña con el fin de dar a conocer la incómoda situación que se ha creado al eliminar parte de los aparcamientos.

Rico ha señalado que «no se ha conseguido que la calle sea más accesible porque existen muchos desniveles». Además ha relatado que algunos vecinos de cierta edad han sufrido caídas y les han tenido que asistir.

Por otra parte, el concejal de Obras, Eduardo Vicente, ha argumentado en contra de las criticas de Rico, que «se llegó a enrasar la puerta de su farmacia porque se trata de un servicio público». Además ha insistido en que «la de la calle Méjico era una obra necesaria que se presentó en una asamblea a los vecinos, que tuvo su periodo de exposición pública y que no recibió alegación alguna» Además Vicente ha apostillado que «es algo insólito que alguien se queje porque la acera sea más ancha y porque en lugar de pisar un seto cuando bajea del coche, pise una acera tal y como pasa ahora». En la obra se han invertido 93.000 euros y está financiada por la Diputación.

Por otra parte, Rico considera que la actuación en la puerta de la farmacia eliminando la zona de aparcamiento y creando un gran espacio peatonal no es la más adecuada. Critica que «no tiene ningún sentido y evita que los coches estacionen, así que paran en la mediana con el consiguiente peligro». La farmacéutica defiende que «es un servicio sanitario y hasta seis veces llegan los distribuidores a descargar». El concejal indica que eso se soluciona con una reserva de espacio que hay que pagar y que ya está tramitada.

Rico también se queja de la paradas del autobús que impide el paso de los vehículos y toda una serie de aspectos que han provocado las quejas de sus clientes.