El juez de Instrucción número 14 de València ya ha transformado las diligencias previas por el asesinato del ingeniero noveldense Antonio Navarro Cerdán en procedimiento de jurado, una vez examinado el amplio atestado donde se recogen todos los indicios y evidencias contra los dos presuntos autores del crimen; María Jesús M. C., Maje, viuda de la víctima, y Salvador R. L., amante y compañero de trabajo de ella.

El magistrado tomó la decisión esta semana y el miércoles dio cuenta a las partes -Fiscalía, acusación particular y defensas- de que a partir de ahora toda la instrucción de la causa se realizará siguiendo las directrices de los procedimientos de jurado, ya que se trata de un delito de asesinato, uno de los que la ley reserva para los juicios con tribunal popular.

Ahora, el juez tendrá que convocar a las partes y a los acusados para celebrar la comparecencia de jurado, en la que serán informados de la imputación oficial de los delitos y durante la cual cada una de las partes personadas en la causa podrá solicitar las pruebas que estimen oportunas.

Tal como ha venido informando INFORMACIÓN, Maje, enfermera de profesión, y uno de sus amantes, Salva, auxiliar de enfermería en el mismo hospital privado que ella, fueron detenidos el pasado 10 de enero por el asesinato de Antonio.

El ingeniero fue muerto de ocho cuchilladas junto a su plaza de aparcamiento, en el tercer sótano del garaje de su finca, en el número 14 de la calle Calamocha, en el barrio de Patraix, entre las 7.30 y las 7.40 horas del 16 de agosto de 2017, cuando se iba a su trabajo en El Rebollar.

Su esposa, Maje, se convirtió en la principal sospechosa desde el principio, en cuanto los agentes de Homicidios descubrieron que había mentido en su primera declaración y que llevaba una doble vida. Salva comenzó a ser investigado tres meses más tarde, tras una conversación telefónica entre ambos, grabada bajo autorización judicial, en la que hicieron alusiones al crimen que pusieron a la policía sobre su pista.

Tras su detención, ambos confesaron sin reservas, en su comparencia ante la jefa del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de València, que habían participado, los dos, en la planificación y asesinato de Antonio Navarro, del que Maje incluso aportó detalles como que le había dado unas llaves del garaje para que se hiciera copia o que se había ido la noche antes a dormir fuera como coartada. Sin embargo, ante el juez cambiaron su versión: ella se refugió en que nada sabía del crimen y que su marido la maltrataba, acusación que nadie ha refrendado, y él asumió en solitario haber urdido y cometido el asesinato. Pero el juez no les creyó y envió a ambos a la cárcel, donde permanecen.