Sin aislamiento térmico, la parte superior de la iglesia de Santa Ana es pasto de las filtraciones. Construida hace 75 años, las humedades son el gran problema del templo, que se erige en la zona histórica de Elda. Tras la intensa restauración de las cubiertas, la parroquia había planteado la necesidad de abordar una intervención en las dos torres y la fachada interior. Pero, el desprendimiento de unos cascotes en los días de viento ha precipitado la actuación.

Manchas negras de moho y hongos y paredes y techos descascarillados son los síntomas del mal que sufre la iglesia y que precisa medidas drásticas para evitar que afecten al resto del edificio. A nivel externo a penas se aprecia alguna gotera pero en el interior de las torres será necesario picar y remozar las paredes más cercanas al reloj para que las filtraciones no vuelvan a hacer de las suyas y así, erradicar las humedades.

Los técnicos municipales han hecho una valoración económica de las actuaciones que hay que realizar con urgencia para evitar desprendimientos. El presupuesto alcanza los 40.000 euros aunque el párroco considera que sería interesante que la intervención fuera global y el coste se duplicaría.

En estos momentos, desde la parroquia se ha solicitado la redacción del proyecto así como los correspondientes permisos municipales de obra. Además se ha colocado un andamio con una malla como medida de seguridad para evitar que futuros desprendimientos puedan causar daño alguno a los viandantes.

El pasado año se inició la reforma de la parte superior del templo con las cubiertas y la cúpula. Y el inicio de las dos torres y la fachada está previsto que se inicie tras la Semana Santa para evitar incomodar a los colectivos festeros - la Semana Santa y los Moros y Cristianos - que tienen como punto de referencia Santa Ana.

Una vez, rehabilitada las dos torres y la fachada principal únicamente quedará por acometer las fachadas laterales. Pero éstas puede esperar.