El Santuario de Santa María Magdalena de Novelda ha cumplido un siglo y la comisión municipal de Cultura encargada de conmemorar la efeméride tiene previsto desarrollar, a lo largo de 2018, un amplio programa de actos para celebrar el primer centenario del comienzo de la emblemática construcción.
«Dar a conocer la historia del Santuario de La Mola, desde su origen hasta la actualidad, y lo que ha acontecido en torno al mismo es el objetivo que nos hemos marcado», anunciaba hace un año el concejal de Cultura y Patrimonio José Rafael Sáez, informando que los miembros de la comisión son personas conocedoras de la historia del singular edificio y pueden aportar información, documentación y diferente material sobre el proceso de construcción. El grupo lo componen, entre otros, Javier Abad, biznieto de José Sala Sala; María Jesús Navarro Alberola y Jesús Navarro Alberola; el coleccionista David Beltrá; la historiadora y restauradora Pilar Martínez Navarro; el periodista Juanjo Payá; la comunicadora María Jesús Amorós; el impresor Santiago Aguado y el también coleccionista Enrique Sala Palomares, junto a la técnico de Cultura del Ayuntamiento, Carmen Payá.
La primera piedra del peculiar templo se colocó el 29 de diciembre de 1918 a partir de un proyecto del ingeniero noveldense José Sala Sala, que quiso hacer un guiño a la Sagrada Familia de Gaudí. De hecho, el Santuario donde se encuentra la venerada patrona de Novelda tiene forma de jarro para simbolizar el jarro que Magdalena llevó de bálsamo a Jesús. Una forma original única en el mundo para una de las edificaciones más destacadas del modernismo valenciano.
Pero la construcción iniciada por José Sala atravesó serias dificultades por falta de recursos y tuvo que acometerse en varias fases, bajo la dirección de los maestros de obras noveldenses Ceferí Escolano y Antoni Amorós, llegando incluso a paralizarse por la Guerra Civil hasta que, en 1946, pudo darse por finalizada. No obstante, debido a las carestías propias de la posguerra, el templo tuvo que ser rematado sin cuidar los detalles ni utilizar los materiales más adecuados. De hecho, para continuar con los trabajos en los periodos de paralización, fue necesario buscar financiación y, en este sentido, las galas de zarzuela se convirtieron en la mejor manera de obtener fondos.
Pero ha sido recientemente, en febrero de 2011, cuando el Santuario, que otorga un aire modernista al histórico cerro de La Mola, terminó de construirse tal y como fue concebido por su creador.
La joya del Modernismo local brilla desde hace siete años con la plenitud con la que fue proyectada por Sala Sala tras acometerse los trabajos de consolidación y rehabilitación del templo, y colocarse las vidrieras confeccionadas, siguiendo estrictamente el diseño primigenio del autor, con sus originarias figuras religiosas y modernistas. Un proceso en el que fue fundamental la determinación del Ayuntamiento de Novelda a través de la concejalía de Cultura y Patrimonio. En total se invirtió en 2011 una cantidad próxima a los 300.000 euros, que se destinaron a la consolidación de las torres y la cúpula, la sustitución del tejado de uralita por otra de cerámica y el desarrollo de diferentes trabajos para remozar el camerino de la Santa, limpiar la fachada e instalar las cristaleras. Concretamente ocho en los laterales de la nave y dos monumentales en el altar. Ventanales de colores con ángeles, cielos y cruces que otorgan al santuario de la patrona un aspecto más luminoso que el que ofrecían las anteriores ventanas de policarbonato.
El Santuario ha cumplido un siglo y Novelda quiere celebrarlo. Comienza el centenario.
