La parroquia de San Francisco de Sales de Elda se puso manos a la obra el pasado año para sacar adelante un programa bajo el lema «Trabajo digno para una sociedad decente». Producto de estos meses de profundizar en el estado de los sectores económicos de Elda y sus trabajadores es la redacción de nueve propuestas para «hacer posible una nueva forma de vivir y trabajar más humana y más digna».

El informe pone el foco en los dos grandes problemas laborales de la ciudad. Por un lado, en el alto porcentaje de trabajadores en la economía sumergida. Una situación que a pesar de ser ilegal, se ve con normalidad. Por otro lado, destaca la falta de futuro de los jóvenes, que tienen que emigrar a otros municipios o incluso a otros países.

El primer paso del informe parroquial fue confeccionar una radiografía de la situación laboral de los vecinos de Elda con la aportación de las organizaciones sindicales, Cáritas y Cruz Roja.

El paisaje es desolador. Con datos de 2016, el número de parados en Elda es de 6.505 desempleados, de ellos 439 son jóvenes. El colectivo más afectado por la tasa de paro es el que se encuentra en la horquilla de los 45 a los 65 años y provienen, en su mayoría, del sector industrial. A pesar de que las cifras han descendido para quienes no encuentran un empleo, su realidad es cada vez más desesperante.

Si la coyuntura para quienes están en edad laboral es complicada, la de los jubilados es lamentable. «Hay en nuestra ciudad 13.516 personas en edad de jubilación, la pensión media se sitúa en 780 euros», se destaca en el dossier. Además entre esta población existe un número importante de personas con problemas de dependencia mientras que otra gran parte son un fuerte apoyo para la mermadas economías de sus hijos y nietos.

La economía sumergida es una de las características del panorama laboral. Así se indica en el estudio realizado por los feligreses. Y este tipo de empleo lo lideran las mujeres, que realizan sus tareas bien en el sector calzado o en el de servicios, sin contrato. La precariedad es mayor entre ellas, con un salario un 20 por ciento más bajo que sus compañeros.

La Hermandad de Acción Obrera Católica (HOAC) es el colectivo de la parroquia de San Francisco de Sales que ha impulsado el programa pero en él han participado los diferentes grupos que la forman. Todos han colaborado en ponerle cara y alma a los fríos números. Por eso iniciaron una labor de acompañamiento, que les ha servido de terapia a quienes peor lo están pasando. Y tras conocer sus problemas y su sufrimiento se grabaron algunos testimonios para dejar constancia de sus graves circunstancias y así ablandar a algunos corazones.

Asimismo tras conocer los alarmantes datos, la parroquia eldense intenta tocar las consciencias de los gobernantes municipales, de la sociedad civil e incluso de la Iglesia Católica.

El mensaje del integrante de la HOAC Adolfo de Haro a la Administración municipal ha sido claro y conciso. Ha dicho que «no se pueden tener 8 millones de euros en la caja y consentir que 6.000 vecinos de Elda estén parados». Los recursos, según De Haro,«deben servir para realizar políticas y proyectos». Mientras a la sociedad civil le pide que le exija a sus políticos proyectos, que erradiquen esta lacra social.

Otro integrante de la HOAC, Julio César Rioja, ha destacado que «el programa no se va a quedar en una hoja de datos e intenciones». La parroquia busca un lugar donde crear un espacio de encuentro para personas desempleadas, que encuentren apoyo y puedan compartir experiencias».