? Imanol Castillo fue enterrado en la mañana de ayer en un discreto funeral oficiado en la capilla del Tanatorio de Elda-Petrer. Fue a las nueve de la mañana y apenas asistió una veintena de familiares directos. «¿Pero qué ha hecho?» repetía una joven de unos treinta años mientras lloraba nerviosa y angustiada en el lugar del crimen. Llegó al colegio Santo Negro sobre las siete de la tarde, dos horas más tarde de consumarse la tragedia, y no paraba de hablar por el móvil mientras el chico que le acompañaba parecía ausente mientras se llevaba las manos a la cabeza. Los dos formaban parte del entorno íntimo de un eldense de 31 años, que ha destrozado dos familias y se ha llevado a la tumba muchas preguntas sin respuesta.