El hijo de Jessyca e Imanol fue testigo del atroz crimen cuando ya se encontraba en el coche con su madre tras salir del colegio en la tarde del miércoles. A pesar de su corta edad es consciente de lo que pasó y, de hecho, después de que su padre tiroteará mortalmente a su madre entró llorando al colegio y gritando: «mi papá ha matado a mi mamá». Por eso está recibiendo apoyo psicológico del Gabinete Psicopedagógico de Monforte del Cid y de la Unidad de Salud Mental Infantil del Departamento de Salud de Elda. Un control que se mantendrá en el tiempo según han indicado los especialistas.

Pero no ha sido el único niño en recibir tratamiento inicial. Equipos de la Conselleria de Sanidad así como del Ayuntamiento y de Cruz Roja de Elda permanecieron todo el jueves en el colegio Santo Negro para evaluar a los alumnos. Prestaron especial atención al medio centenar de escolares de 3 a 11 años que estaban esperando a sus padres en el centro, tras finalizar las actividades extraescolares, cuando se desencadenó el trágico suceso. Los especialistas los visitaron y estuvieron hablando de lo ocurrido con ellos después de guardar un minuto de silencio. Además de esta medida, miembros de «Psicólogos Sin Fronteras» y del grupo de intervención psicológica del Colegio de Psicólogos de Alicante y Valencia acudieron al Centro Cívico de Elda en la noche del jueves. En un acto abierto explicaron a las familias las reacciones emocionales de los niños cuando suceden estos hechos, cómo detectar quienes tienen sufrimiento y cómo actuar o pedir ayuda profesional.