El eldense de 31 años que el miércoles por la tarde se suicidó de un disparó en la boca tras tirotear a su expareja en Elda, en el colegio Santo Negro al que había ido a recoger a su hijo de 3 años, estaba citado precisamente ayer, en el Juzgado de Instrucción 3 de Novelda, para un juicio rápido por un presunto delito de amenazas. Fue denunciado la semana pasada por la víctima, Jessyca Bravo, de 28 años y vecina de Monforte, que ayer por la tarde fallecía en el Hospital Universitario de Elda tras permanecer en coma irreversible desde que ingresó en la UCI después de recibir cinco disparos en la cabeza y en el abdomen.

La mujer interpuso la denuncia contra su excompañero sentimental el pasado jueves 2 de noviembre tras un altercado que tuvo lugar en el bar de Monforte, propiedad de su padre, donde ella trabajaba. Ese mismo día se dictó, como medida cautelar hasta la celebración del juicio, una orden de alejamiento que le impedía acercarse a la mujer a menos de 300 metros y comunicarse con ella por cualquier medio hasta que hubiera sentencia firme. El magistrado atendía así la petición de la víctima y de la Fiscalía, que no solicitaron otras medidas cautelares, tras valorar, además, que en 2016 ya había sido condenado a trabajos en beneficio de la comunidad por un delito de lesiones.

En la resolución el juzgado ordenó comunicar la medida a los Cuerpos de Seguridad del Estado, Servicios Sociales y Atención a la Mujer. Ese mismo día, el instructor señaló el juicio para una semana después y, además, acordó medidas respecto del hijo de la pareja para que las entregas del niño, cuyo régimen de visitas había sido pactado meses atrás por los progenitores, se produjeran a través de una tercera persona.

El martes la Policía Nacional arrestaba a Imanol Castillo en Elda después de que su expareja denunciara que en los dos días anteriores había intentado comunicar telefónicamente con ella a través de terceras personas. En esas llamadas, según el relato de la víctima, no vertió amenaza alguna contra ella. Tras ser arrestado, el Juzgado de Instrucción 3 de Elda acordó su libertad, quedando como investigado por un delito de quebrantamiento de medida cautelar al incumplir la orden dictada por el juzgado de Novelda.

En enero de 2016 el hombre fue condenado por un delito de lesiones en el ámbito familiar. En el juicio reconoció los hechos y, tal como prevé la ley, se benefició de la reducción de un tercio en la pena solicitada por el fiscal, por lo que fue condenado a 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Se le impuso, además, la privación del derecho a usar armas por dos años y la prohibición de acercarse durante ocho meses a su entonces pareja. Pero con anterioridad, en septiembre de 2014, la víctima ya interpuso otra denuncia contra el presunto homicida. Pero se negó ratificar los hechos ante el juez. No obstante el caso llegó a juicio y él fue absuelto por un juzgado de lo Penal de Alicante.

Con anterioridad a ese episodio, en septiembre de 2014, la víctima había interpuesto otra denuncia contra su pareja. Ante el juez instructor se negó a declarar contra el presunto agresor. El caso, no obstante, llegó a juicio pero él fue absuelto por un juzgado de lo Penal de Alicante.

Jessyca recibió amenazas de muerte de su expareja la semana pasada. Así lo han relatado a este diario varios amigos de la víctima y ha confirmado esta mañana la propia alcaldesa de Monforte del Cid. Según han explicado, los hechos por los que Imanol fue detenido el pasado 2 de noviembre por la Guardia Civil de Novelda se produjeron unos días antes en el bar Avenida, propiedad del padre de la mujer donde ella trabajaba habitualmente de camarera.

Los amigos de Jessyca señalaron ayer que la relación entre ambos se había deteriorado mucho en los últimos meses. Habían roto y se habían reconciliado varias veces. Pero, tras la última ruptura, ella había decidido regresar a su domicilio en Monforte mientras él continuaba viviendo en Elda. Era muy conocido en la ciudad y había trabajado en el calzado pero actualmente se encontraba en el paro. Su mayor afición eran los gimnasios y la musculación. Pero nadie de su entorno más cercano podía imaginarse que fuera capaz de cometer un hecho tan despreciable. También es un misterio la procedencia de la pistola que usó.