Los amantes del terror pudieron disfrutar en Villena, en la víspera de la celebración de «Todos los Santos», de un intenso «Pasaje del Terror» que por sexto año consecutivo organizó el grupo «Las pencas de la Laguna y los nabos del Pinar» en colaboración con los vecinos de «El Rabal».

Por primera vez, el Castillo de la Atalaya sirvió como escenario en este particular pasaje. Así las novecientas personas que participaron en este acto benéfico, en lugar de discurrir a modo de pasadizo terrorífico por las angostas calles del Rabal, en el casco histórico de la ciudad, los organizadores optaron por diversificar el miedo, distribuir a los participantes y ofrecer tres itinerarios distintos por diversos inmuebles del centro histórico, entre ellos el Castillo de la Atalaya. El público no tuvo escapatoria y el terror se vivió en estado puro, sin huidas hacia adelante.

El objetivo era concentrar las máximas escenas posibles de terror en cada uno de los recorridos, en un ambiente más íntimo, de ahí que en los itinerarios se conjugase la aparición de niños malditos, espíritus, sangre, caníbales, con lugares claustrofóbicos, payasos de los años 50 y maldiciones medievales.

En esta edición el beneficio de la actuación irá destinado a la Asociación local Familiares de Enfermos de Alzheimer.