La veda de caza se acaba de levantar. Esta semana los cerca de 10.000 cazadores federados de la provincia han vuelto a salir al campo con sus perros y escopetas en busca de presas bajo el lema «Vivir la naturaleza».
La temporada general, que finalizará el próximo 25 de diciembre, se presenta muy halagüeña para los practicantes de una actividad cinegética que se remonta al mismo origen del hombre.
Las lluvias, aunque escasas, han sido oportunas, sobre todo durante los meses del verano, y eso ha favorecido la cría de la perdiz, la liebre y el conejo, que son las piezas más abundantes en una provincia que posee una gran riqueza cinegética en sus comarcas de interior. Prueba de ello son los 155 cotos que gestionan los diferentes clubes deportivos sin contar los privados y las zonas comunes o libres, donde este año hay una superpoblación de conejos.
Precisamente para combatir esta plaga, que tanto daño está ocasionando en muchos cultivos de las comarcas del Vinalopó, Vega Baja y La Muntanya, se ha decidido no poner cupo alguno en la captura del conejo. Lo mismo ocurre con la paloma torcaz, zorros, tordos, urracas, cuervos y estorninos pero no así con la perdiz, que queda limitada a un máximo de dos piezas por cazador y día. Una medida que todavía es más restrictiva en los planes técnicos de algunas entidades. Un ejemplo de ello es la Sociedad de Cazadores Cinegética Noveldense que, para preservar la población de perdiz, limita la apertura de su veda al mes de noviembre y únicamente durante cuatro días.
Este año se ha producido, además, un significativo incremento de solicitudes de licencia entre jóvenes y mujeres. Un aspecto que para el delegado de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana en Alicante demuestra que está práctica «va a más y a mejor».
Según ha confirmado el delegado territorial, el noveldense Miguel Ángel Romero Escolano, un centenar de cazadores de entre 15 y 20 años de edad han pasado en los últimos meses el examen on-line primero, y el técnico-práctico presencial después, para poder practicar una afición que suele trasmitirles de padres a hijos y entre amigos. Y respecto a las mujeres, las «cazadoras silenciosas» como las llama Romero Escolano, la petición de nuevas licencias se ha duplicado hasta la veintena. «Y van a seguir aumentando -adelanta el responsable provincial de la Federación- por la gran labor que está realizando Carla Reig».
La caza menor es la más abundante en la provincia pero la veda también se ha levantado para la caza mayor. Fundamentalmente ciervos y muflones que suelen concentrarse en cotos privados. No pasa lo mismo con el jabalí, que este año abunda en las zonas comunes y carece de cupo. Sin embargo los arruí no pueden abatirse esta campaña sin un permiso especial de Medio Ambiente.
Los días festivos y fines de semana -sobre todo los domingos de 8 a 14 horas- vuelven los cazadores alicantinos a salir a los campos y montes en busca de presa.
