La sesión plenaria de ayer se esperaba tensa. Pero la única tirantez que se vivió fue cuando los concejales populares entraron en la sala y vieron que debían sentarse junto a sus antiguas compañeras, María Dolores de la Dueña y Remedios Soler. Un momento difícil de afrontar tras el anuncio de su baja en el grupo municipal así como en el partido de las mismas siglas. No cruzaron palabra alguna, sólo miradas despectivas en alguna ocasión. Frente a la rigidez manifiesta de los integrantes de un grupo municipal que estaba a punto de escenificar la ruptura que llevaba meses fraguándose; los siete concejales -que todavía estaban sentados juntos- votaron en el mismo sentido todas las proposiciones planteadas.

La posición que ocuparían las dos ex militantes del Partido Popular era la «comidilla» en el Ayuntamiento de Elda en la mañana de ayer. Una incógnita que se desveló al final de la sesión plenaria cuando se hizo efectiva su renuncia delante de todos los miembros de la corporación. En ese momento, el alcalde, Rubén Alfaro propuso un receso.

Fue entonces cuando las dos tránsfugas cogieron sus maletines, charlaron con el secretario municipal y ocuparon los que serán, a partir de ahora sus nuevos asientos, al lado del también concejal no adscrito, Francisco García. Su nuevo emplazamiento causó un nuevo revuelo en el salón de plenos mientras las ediles posaban para los fotógrafos de la prensa. De esta forma, la corporación municipal se conforma por nueve ediles del PSOE, incluyendo al alcalde; cinco del PP, tres de Ciudadanos, dos de Compromís, dos de EU y uno de Sí se Puede. Tres concejales son no adscritos. Dos provienen del PP y uno de Sí se puede Elda. Hace diez días, las concejalas del Partido Popular de Elda De la Dueña y Soler abandonaron las siglas del PP. Rompieron, así, su grupo municipal y lo debilitaron dejándolo con tan sólo cinco integrantes, aunque se mantienen como el más numeroso de la oposición.

Marcha

En los últimos meses las desavenencias entre ambas regidoras y los portavoces municipales del PP, Fran Muñoz y Alberto García eran continuas y públicas. Las dos regidoras alegaron para justificar su marcha que se sintieron «ninguneadas y aisladas» por sus compañeros.

Asimismo relataron el calvario que les supuso pertenecer al grupo popular desde la toma de posesión de su cargo. Explicaron que cinco días después, la entonces portavoz del grupo y ahora Senadora, Adela Pedrosa, les pidió que renunciasen a su acta. Primero consintieron y firmaron su renuncia para más tarde desestimarla y seguir perteneciendo a la corporación, que lidera el socialista Rubén Alfaro. A partir de ahí, según comentaron, «los vacíos fueron continuos». Por su parte, tanto el grupo municipal como el partido le han pedido el acta de concejal a De la Dueña y Soler, que no piensan ceder su cargo en la corporación municipal.