La Banda Municipal de Música inició el desfile nocturno de Villena, la Cabalgata, con más de 120 músicos al verse reforzada por integrantes de la Juvenil. Todos con camisas negras interpretaron el pasodoble «Els Contrabandistes» de José María Valls Satorre.Tras los estandartes de las siete comparsas del bando de la cruz, la comparsa de Cristianos entró en la avenida de la Constitución con la fuerza de las marchas cristianas. Inició el desfile el boato del embajador cristiano acompañado por unas mujeres guerreras y los arcabuceros de la comparsa. Les acompañaba la banda de Sax. Además para celebrar el 175 aniversario, los Cristianos contaron con unos invitados muy especiales, las comparsas hermanas de Biar y de Elda. Junto a ellos también estuvieron los Moros Viejos de Villena.

Tras el paso de este primer bloque, los Cristianos demostraron que saben cómo arrancar el aplauso del público. La música de los tambores de guerra anunció que algo espectacular estaba a punto de aparecer. Una carroza con dos tambores de grandes dimensiones fue el punto central de la apertura del boato del 175 aniversario. El fuego es uno de los elementos más valorados por todas las culturas y por ello, para manifestar la energía de las tropas de la cruz las llamas llenaron el recorrido. Bailarinas y malabaristas abrieron paso a una gran carroza, que simulaba un volcán.

Las escuadras especiales de la comparsa también trabajaron para dar un buen espectáculo para el público, que esperaba su paso llenando las tribunas. Los caballeros de la Mano Alada optaron por lucir un traje negro de carácter muy guerrero, en señal de duelo por el fallecimiento de uno de sus miembros.

Por otra parte, los Caballeros del Cid arriesgaron con un traje del inicio de la Cristiandad con el papa Julio II. La Unió Musical L'Aurora de Sella es la banda que les acompañó interpretando la composición inédita en Villena «Apocalipto» de Miquel Morales Climent, director de la banda. El Papa Julio II, conocido como «Julio el Terrible» o «El Papa Guerrero», un hombre de personalidad contradictoria, por un lado amante y mecenas del arte, por otro, soberbio y de actitud colérica, obsesionado con la unificación de Italia bajo la bandera de los estados pontificios.

La escuadra quiso mostrar el carácter guerrero del pontífice, pero también dejaron patente la otra cara de Julio II, su debilidad por el arte. Entre la escuadra y la banda de música levantaron un pórtico donde representaban el inicio de la construcción de la Basílica de San Pedro, sede capital del estado pontificio.

Otra de las escuadras de la comparsa, la del Rey Rodrigo optó por el traje que centró las miradas en una pieza fundamental en un peto de cuero compuesto por decenas de piezas ensambladas de forma manual con cintas de piel de inspiración romana capa de pelo y grandes hombreras en cuero, uno de los detalles más llamativo es un turbante de inspiración árabe que muestra las diferentes influencias culturales. Mientras la de Aradias mostró en la calle el mito de la diosa capaz de convertirse en buho, una mujer guerrera con dotes para la protección y la caza.

Las marchas cristianas concluyeron con el paso de los Almogávares y Ballesteros y sus Cruzados que cumplen 50 años y la aparición de los Labradores. Una comparsa llena de verde y negro que, cada año recuerda el carácter agrícola de la ciudad con el grupo alegórico.

Vuelta de las Calesas

Los Contrabandistas llegaron entre caballos, faralaes y con grandes escuadras. Este es el caso de las Calesas, que vuelven después de 9 años y ponen en la calle una escenificación a la fiesta española y fue elegida por su perfecta armonía temática con la comparsa de Andaluces, y por ser fiel a nuestro estilo de presentar vestimentas originales. La escuadra desfila al son del pasodoble Sangre Española de Ruiz Escobés, que se estrena por vez primera en las fiestas de Villena y que interpreta la Unión Musical Santa Cecilia de Castalla. «Unión musical que participa con nosotras y con la escuadra de Tuareg, gracias a la intervención y ayuda de Manuel Díaz, que siempre permanecerá en nuestro recuerdo pues también le debemos el diseño de los pendientes que lucimos en el año 2008», explica este colectivo.

Tras el colorido de los Andaluces y los Marinos Corsarios entraron los Estudiantes, que este año realizaron un pequeño boato con una carroza de monjes.

Los Piratas llenaron de alegría el recorrido y con ellos pasó una de las escuadras que celebran el 50 aniversario, la de Tiburones. El noche de la Cabalgata fue su momento estelar. Abrieron el bloque con un espectáculo protagonizado por la lucha entre un grupo de intrépidos piratas que trataron de sujetar a un fiero monstruo marino, un tritón. Todo ello en un barco pirata adornado en su proa con una calavera que con su movimiento oscilante, que simuló el movimiento del mar. En la popa se pudo ver el estandarte abandera el barco de los Tiburones.

Tras el barco desfilaron un grupo de« tiburoncillos», hijos todos de los miembros actuales, que repartieron monedas del cofre del tesoro. La escuadra entró con paso firme al ritmo de la nueva marcha pirata, interpretada por la Banda de Sella y compuesta por el maestro Enrique Montesinos Parra.

A altas horas de la noche desfilaron el resto de las comparsas del bando moro: Bereberes, Nazaríes Realistas, Bando Marroquí, Moros Nuevos y Moros Viejos.