Los comerciantes de la primera fase del Mercado Central de Elda están más que hartos de las deficiencias que sufre el edificio (el más cercano a la rotonda de las Fallas). Las continuas roturas del único ascensor hábil de la superficie de venta obstaculiza su trabajo habitual.
La imagen que se vivió ayer por la mañana con comerciantes trasladando las mercancías por la calle y por el centro del mercado comienza a ser frecuente. Fue necesario utilizar el montacargas de la segunda fase para subir el género desde el sótano y atravesar las dos construcciones.
El portavoz de la asociación de comerciantes del Mercado Central, Francisco Vico, afirma que «la situación es insostenible,cuando se rompe el ascensor tenemos que retroceder al sistema de hace casi 50 años para trasladar la mercancías». El edificio cuenta con dos ascensores y un montacargas. De los primeros uno está inhabilitado y el montacargas clausurado a la espera de que se renueve el cuadro eléctrico. Mientras el ascensor útil soporta una carga excesiva por lo que cada vez sufre una mayor número de averías. En el mes de agosto son dos las que los comerciantes han sufrido. Vico asegura que «es un problema que no afecta al consumidor pero sí a nuestro trabajo».
Los comerciantes se quejan de que en los últimos años no se ha hecho trabajo alguno de mantenimiento. «Y cada día el mercado está peor» comenta Vico. Y a esto añade que «pagamos nuestros impuestos y no vemos compensación, el mercado es un edificio municipal y nosotros únicamente tenemos una concesión y queremos que se mejore nuestras condiciones y se arreglen los desperfectos que sufren los dos edificios». Añade que «se han mantenido reuniones con el equipo de gobierno para que se realicen mejoras y nunca llega el día». Insiste en que «cuando la fecha pactada no se cumple, todo son excusas».
La asociación de comerciantes del Mercado Central es consciente de que en los presupuestos municipales existe dinero para acometer obras de mejoras. En ellos se establece más de 100.000 euros para la mejora del edificio, 50.000 para la reforma de los ascensores y 5.000 para su mantenimiento. Pero, también temen que ocurra como en el ejercicio anterior en el que con una partida para renovar el mercado «tuvimos que ver como se perdía por no ejecutar la obra» sostiene Vico.
Ahora, el reloj juega en su contra. Sólo restan dos meses para que los trámites se realicen antes de Navidad, uno de los momentos de mayor venta para los puestos. Sus dueños no quieren que llegadas esas fechas el mercado esté en obras y si la concejalía de Comercio no se da prisa en iniciar la licitación de las obras, Vico augura que «veremos como de nuevo se pierde el dinero que se ha presupuestado».
