«Noble, trabajador, luchador, muy amigo de sus amigos e incapaz de hacer daño a nadie». Así definía ayer al fallecido uno de sus amigos más íntimos, Antonio Ayala, que se encontraba abatido en su domicilio de Londres. Una de las grandes pasiones de Antonio Navarro eran las fiestas de Moros y Cristianos de Novelda. Pertenecía a la filá de la comparsa de Astures «Xe quin pet», de la que fue presidente y tesorero. Precisamente ya estaba implicándose, «con mucha ilusión», en los preparativos para celebrar en julio de 2018 el 20 aniversario de la filá.

Se marchó a vivir a València porque su joven esposa -tiene 27 años- consiguió trabajo de enfermera en un hospital de la zona. Era una pareja «muy feliz» y el próximo mes hubieran celebrado su primer aniversario de boda.

«La última vez que estuvimos juntos fue hace un mes en las fiestas. Él trabaja para una empresa subcontratada de Ferrovial y lo enviaron a Alcalá de Henares, a Jaca y a otros lugares. Pero siempre buscaba cualquier excusa para hacer una escapada y venir al pueblo a reencontrarse con su familia y con los amigos. Recuerdo que el 19 de julio estuvimos cenando en el castillo de La Mola para asistir al reparto de los números de la Santa. También estuvo con nosotros Paco Seller, otro amigo suyo de la infancia. Y el 21 de julio cenamos toda la pandilla en el primer desfile de Moros y Cristianos. Son momentos que ahora, después de esta pérdida tan desgarradora, ninguno de nosotros podremos olvidar jamás», decía ayer Antonio Ayala.