Llega el verano y sube el paro. Es una tendencia que suele repetirse todos los años en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó entre los meses de julio a septiembre. La causa principal hay que buscarla en el sector industrial. Las empresas cierran y muchas aprovechan para realizar una reestructuración de la plantilla con despidos eventuales hasta el comienzo de la nueva temporada. También es frecuente que el sector comercial se resienta en el interior de la provincia al caer la demanda por el éxodo poblacional que se produce del interior a la costa, por viajes vacacionales y de casas de campo o segundas residencias.

Según los datos facilitados por el SEPE y SERVEF, al finalizar el 31 de julio el número de parados en el Alto Vinalopó se situaba en 4.849 personas, lo que supone un aumento de 74 respecto a junio. La destrucción de empleo ha corrido pareja en la vecina comarca del Medio Vinalopó. En este caso el paro se ha incrementado en 73 personas, alcanzando la cifra total de 17.706 trabajadores desocupados. En total ambas comarcas suman 22.555 desempleados.

Solo la construcción -que parece haberse reactivado- y la agricultura -inmersa en la campaña de la uva de mesa- han mitigado la caída este verano en el Alto y Medio Vinalopó.

Por edades en el tramo de 25 a 44 años aumenta el desempleo en 121 personas y baja, sin embargo, en 305 personas entre los mayores de 45 años. Pero también ha crecido en otras 60 personas más entre los menores de 25 años, un dato especialmente preocupante.

Todo ello pone de manifiesto la situación de estacionalidad en la contratación y su repercusión en los distintos municipios. «Los resultados son negativos porque sigue creciendo el número de personas registradas en las oficinas del SEPE y, además, continuamos estando en unas cifras muy altas de personas desempleadas y también en su baja cobertura», ha destacado Carmen Palomar, responsable comarcal de CC OO.