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Camino de Santiago

Del Mediterráneo al Atlántico

1.100 kilómetros son los que separan la ciudad de Alicante de la de Santiago de Compostela, la basílica de Santa María de la catedral de Santiago en Galicia. Kilómetros que cada año recorren más peregrinos.

Sin grandes aglomeraciones, disfrutando de la soledad de una vía poco transitada, el camino de Sureste comienza a coger fuerza como una de las rutas que recorren los más avezados y quienes quieren incluir en su travesía a pie o en bicicleta algo de aventura. Un itinerario que ofrece la posibilidad de conocer desde el mar Mediterráneo y su intensa luz, el marrón y dorado de las tierras de cereales manchegas hasta el verde de las del norte. Y finalmente, si las fuerzas acompañan, llegar a Finisterre y contemplar la inmensidad del océano Atlántico.

En el año 2016 se registraron 247 peregrinos con salida desde Alicante. Y en los primeros seis meses de 2017 ya han pasado 126. No son grandes números, como los de llegada a la catedral compostelana, pero cada año son más los que se lanzan a un camino, el del Sureste, que imprime carácter.

En el año 1982, cuando el Papa Juan Pablo II visitó España con motivo del Año Jacobeo, pasaron por Pamplona 64 peregrinos y llegaron a Galicia 1.868. En 2016, la ciudad gallega recibió a 278.041 peregrinos. Se espera que igual que el del Sureste vivió un repunte en 2010, último año Jacobeo, en 2021, Año Jubilar sea el de máxima afluencia de la historia.

El del Sureste es todavía un camino por descubrir para muchos, aunque son cada vez los que se atreven a transitarlo. Desde la Asociación de Amigos del Camino de Santiago del Sureste se indica que «suelen ser peregrinos veteranos que buscan una ruta solitaria huyendo de la masificación, por ejemplo, del Camino Francés y muchos de ellos son extranjeros». Datos que corrobora la oficina de Turismo de Petrer que registra los peregrinos que pernoctan en el albergue municipal. En lo que van de 2017, ocho han pedido asilo en Petrer y de ellos ninguno es español. Cuatro son franceses a los que se suman un alemán, un irlandés y dos holandeses.

La historia del Camino

La historia del Camino del Sureste es antigua, tanto que en la necrópolis del castillo de Elda se halló el enterramiento de un peregrino. Pero pasó muchos años olvidado dentro de las grandes rutas al lugar de peregrinación español.

El Camino del Sureste se rescató a instancias de la Asociación de Amigos de Santiago que lleva su nombre y que tiene sede en Alicante. Ésta se creó en 1993 y el próximo año cumplirá 25 años de existencia. Pero fue en el 1995 cuando «ya empezamos a estudiar la posible ruta que usarían en la Edad Media los peregrinos alicantinos, una vez que la zona fue reconquistada a los árabes» cuenta su presidente Federico Ramírez. Se tardó cinco años en documentar la ruta y se inició el trabajo de recuperación del Camino desde Alicante valiéndose de una Ruta de Alicante a Santiago, escrita por el correo real Pero Juan Villuga, en un libro editado en el año 1546 y titulado «Repertorio de todos los Caminos de España.

«Desde ese momento recorrimos caminos, marcamos con flechas amarillas su itinerario. Nos pusimos en contacto con los ayuntamientos de los pueblos por donde discurre y señalamos con azulejos los itinerarios urbanos» relata Ramírez. Ellos fueron los pioneros y con el tiempo se han ido creando asociaciones, siendo ya doce las existentes desde Alicante a Benavente (Zamora).

La primera etapa discurre entre Alicante y Orito y en la segunda, ya se adentra en tierras del Vinalopó. Uno de los históricos en el cuidado del tramo que discurre por el mismo cauce del rio, que está encauzado, Paco Serra, indica que se encuentra en buenas condiciones para quienes cruzan Novelda y Elda hasta llegar a la presa del pantano y dirigirse a Sax. Estas etapas se señalizaron hace 14 años y Serra se ocupa de que la señalítica esté en buen estado.

En Villena se unen los dos ramales del camino del Sureste, el que parte de Alicante y transita por el Vinalopó y el que parte de Benidorm y se discurre por Xabia hasta llegar a Onil y que pasando por el término municipal de Villena llega se dirige al centro de la península. Desde la capital del Alto Vinalopó los peregrinos pueden optar por adentrarse por tierras murcianas a través de Yecla o de Albacete por el del Levante. Las rutas llegan a Benavente, donde se unen el del Sureste y el de la Plata y que les llevará a Astorga para engarzar con uno de los más conocidos, el Francés.

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