El amanecer del día y la caída de la noche representadas por dos mujeres es lo que los ciudadanos de Elda verán cuando levanten los ojos al entrar al vestíbulo del Ayuntamiento de Elda. El arqueólogo municipal, Juan Carlos Marqués, señaló que ésta es la hipótesis del equipo de investigación acerca de la alegoría del mural rescatado de un inmueble de la calle de la Purísima, que desde ayer luce en la Casa Consistorial.

Un equipo multidisciplinar de 17 técnicos ha trabajado para recuperar la pintura, estudiarla y colocarla en el mejor de los espacios. Ocho años se ha tardado en rescatar el fresco que el matrimonio, compuesto por Vicente Amat (zapatero) y Rafaela Lorenzo (aparadora) encargó a un joven pintor alicantino, Bernardo Carratalá, que, más tarde, fue uno de los más reconocidos escenógrafos del siglo XX. El autor realizó su primera obra conocida en Elda. Su amistad con la pareja le llevó a no cobrar nada aunque pudo disfrutar en el transcurso de su tarea de buenos platos de gazpachos.

El arqueólogo argumentó que la pintura es un «pedazo de nuestra historia» y que está vinculada a la sociedad eldense porque está enlazada a la transformación de ésta a través de los propietarios del inmueble. Eran una familia modesta que lograron, trabajando en la incipiente industria del calzado, decorar su casa, ser socios del Casino y fundadores del Teatro Castelar. Y muestra cómo la cultura y el patrimonio artístico era importante para los habitantes del municipio de principios.

La recuperación de la obra comenzó a finales de 2009 cuando la familia Navarro-Escolano alertó de la existencia de este mural en el número 31de la calle La Purísima. Ante la imposibilidad de mantenerla en su ubicación original, la donó al municipio en marzo de 2016. Seccionada en más de veinte trozos, con una capa de suciedad y en avanzado estado de deterioro llegó al taller de arte sacro del también eldense, Julián Olmo. Seis meses después se ha engarzado al techo del vestíbulo del Ayuntamiento y ha recuperado la belleza de antaño. Así, ayer, durante la inauguración de la restauración se confirmaba el fin de un largo proceso, que casi acaba con la pérdida de uno de los pocos elementos de arte urbano que conserva la ciudad. A ésta asistió numeroso público.

El alcalde de la Elda, Rubén Alfaro, destacó que «el objetivo es que cualquier ciudadano pueda disfrutar de la obra». Además agradeció a cada una de las personas y colectivos que han trabajado para que la pintura perviva. Por otra parte, el concejal de Patrimonio, Amado Navalón, apuntó que su recuperación «es una apuesta municipal para dignificar la ciudad y sus raíces históricas y culturales». Asimismo indicó que «ha sido un trabajo colectivo».