Miles y miles de personas festeras y no festeras, de Elda y de otras poblaciones, conviven durante los cinco días de celebración. La buena temperatura, tanto diurna como nocturna, que acostumbra a hacer en la comarca del Medio Vinalopó durante estas fechas convierte la calle en un lugar de encuentro idóneo para disfrutar. Muchos cuartelillos sacan las mesas a las calles para comer, cenar, disfrutar de la tertulia durante el aperitivo o simplemente «tomar el fresco». Y por las noches las calles se convierten en una improvisada y gigantesca sala de baile llena de gente con ganas de pasarlo bien.