La lluvia dio ayer un buen susto a los festeros de Elda. A las diez de la mañana, el cielo comenzó a nublarse y las primeras gotas hicieron su aparición. En tan sólo unos minutos, lo que parecía que iba a quedar en una fina lluvia, se convirtió en un aguacero que sorprendió a los eldenses mientras participaban en el Alardo de Arcabucería.

Todas las comparsas cristianas se encontraban en la calle por lo que la Junta Central de Comparsas decidió paralizar el acto sobre las diez y media de la mañana, cuando los arcabuceros se resguardaron del agua bajo balcones y en el interior de comercios. Afortunadamente, el chaparrón remitió y en unos minutos comenzó a salir el sol. El Alardo pudo ser reanudado con la participación del bando cristiano en primer lugar y seguidamente el moro por las calles de Elda hacia la Plaza de la Constitución, donde tuvo lugar la Embajada Mora.

Ante la amenaza de lluvia, tanto eldenses como visitantes acudieron al acto mirando constantemente al cielo preparados con paraguas, que sirvieron para protegerse del sol y no de la lluvia puesto que, afortunadamente, y pese a que las previsiones meteorológicas eran poco halagüeñas, los termómetros marcaron 30 grados. Miles de personas volvieron a reunirse en la calle Colón y sus alrededores.

Fue una embajada especialmente significativa para el contrabandista Isidro Juan, puesto que los Moros y Cristianos 2017 serán los últimos que viva como embajador cristiano. Ayer protagonizó su última Embajada Mora. Pese a perder el castillo, salió victorioso junto a su compañero David Juan de una batalla dialéctica que encandiló al público asistente.

Pese a que el guión se repite año tras año, hay una infinidad de matices que varían y que hacen que cada acto sea especial y distinto al anterior. El de ayer destacó por las altas temperaturas, un diálogo perfectamente interpretado y una respuesta masiva tanto del público como de los festeros que no quisieron perderse detalle del séquito, la propia embajada, la batalla de arcabucería y la lucha final cuerpo a cuerpo.

«Que toque el clarín llamada». Así reclamó el embajador moro la presencia a su enemigo rogándole con ironía que le entregara las llaves de la villa. Pese a exigir en varias ocasiones la rendición, el bando de la cruz lo rechazó con desplante por lo que el embajador moro hizo el llamamiento a las armas. Tras el grito cristiano «Viva Elda y defendamos la fe de Jesucristo», dio comienzo el esperado enfrentamiento. Una vez que los moros tomaron el castillo se inició el desfile triunfal del bando victorioso.

Mañana lunes se invertirán los papeles, siendo el triunfo para los cristianos. Y así concluirá la etapa en la que el contrabandista Isidro Juan se despida como embajador después de nueve años poniendo de manifiesto la autenticidad de los festejos. Un periodo que ha marcado un precedente por la espectacularidad de sus interpretaciones, su vena dramática y un dominio extraordinario del caballo. Dice adiós en una dulce despedida por llevarse el cariño de los comparsistas.

Destacadas personalidades

Entre las personalidades que estos días se han podido ver disfrutando de los actos y visitando cuartelillos, destaca la presencia del subdelegado del Gobierno en la provincia, José Miguel Saval, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y el rector de la Universidad de Alicante, Manuel Palomar.

Vídeo promocional

Los Embajadores han sido este año los protagonistas del vídeo promocional que el Ayuntamiento ha lanzado para dar a conocer los Moros y Cristianos. Tanto Isidro Juan como David Juan son los encargados, junto a otros conocidos eldenses como la cantante Alba Ed-Dounia o el cocinero Pablo Montoro, de enaltecer las señas de identidad de las fiestas en honor a San Antón.