El humor también está presente en las fiestas de Elda. La Embajada del Marqués es la mayor prueba de ello. En este acto entre el embajador moro y el escribano de los Estudiantes se pone en solfa todo lo ocurrido en Elda lo largo del año. Todo tiene lugar en la estrecha calle Méndez Núñez. Desde los balcones de dos cuartelillos el moro intenta ganar la ciudad. Éste es el pretexto para contar la actualidad de Elda desde otro punto de vista, el del ingenio.

Las investigaciones sobre el grupo inversor, que llevó al Deportivo Eldense y a algunos de sus jugadores al juzgado fue uno de los temas en los que más incidió la ácida critica del grupo «Embajà»». Tampoco dejaron fuera de la sorna dos temas de debate en la ciudad, el retraso en la colocación de las luces en Navidad y el valenciano. Con el de las luces le pidieron al alcalde, Rubén Alfaro, que se ponga la pilas y para mostrar su diligencia ellos mismo iluminaron el balcón con unas bombillas.

El embajador moro se creció en la plaza, antes de iniciar la batalla y para hacerse entender al emplazamiento cristiano le espetó «ah del castell». Los dos reconocieron que no hablan en este idioma, aunque el estudiante le advirtió que tenía el nivel «mitjà» pensando que el moro era de Monóvar. Los vecinos de Petrer también fueron objetivo de las burlas de este acto donde prima el buen humor. Así les recordaron cuando se quedaron sin agua potable.

Las limpiadoras que, en un primer momento, tomaron uno de los balcones no dejaron títere con cabeza en la actualidad municipal. Hicieron un repaso a la situación de los distintos grupos municipales que forman el consistorio. Así, mientras afirmaban que el pacto entre los socios de gobierno, PSOE y Compromís, «estaba tocaico» también dejaron entrever que Ciudadanos «poco a poco al poder se va juntando y en nada descubriremos que ya han hecho un triunvirato».

Con respecto a Izquierda Unida dijeron que: «Que están buscando los dos el más oculto rincón, donde esconderle al alcalde medalla, banda y bastón, para que no se los lleve cuando salga en procesión».

Tampoco se salvaron de la critica los trabajadores del Ayuntamiento. Una de las limpiadoras del balcón del estudiante indicó que «desde que les anunciaron que en el 2017, que lo que hubiera que hacer que fuera por internet, todavía están buscando que agujero del Pecé es el que tira el café».

La banda del Ford, el belén de Navidad, la lluvia, la nieve, las luces de led en la Bajada del Monte Bolón y el pregón de la Semana Santa por Fran Rivera en manos del grupo de la Embajá se tradujo de risas por parte del numeroso público que abarrotó la estrecha calle. Además arremetieron contra las nuevas fiestas que llegan de otros países como «Hallowin» o «San Patrick».

Y aunque empezaron sus discursos dispuestos a entablar batalla, finalmente, el moro y el estudiante llegaron a un pacto entre caballeros. Pero la negociación no fue fácil. El de la media luna le ofertó al estudiante el arreglo de los ascensores del Mercado Central. El de negro le recordó que, después de un año, «lo acababan de arreglar». Y utilizando la metáfora de la fabricación de un par de zapatos ofrecieron al mundo «un producto genial fabricado en Elda para la gente de paz».