El primer cañón de las fiestas de Moros y Cristianos de Elda escribió ayer, con fuego y pólvora, una nueva página en la historia de la celebración. Han sido los miembros de la escuadra Cruzados Mágicos los encargados de sacar la majestuosa arma de avancarga de 200 kilos de peso en el Alardo que arrancó a las diez de la mañana desde la callle Antonio Vera.

De este modo han querido celebrar el 25 aniversario de su fundación y conmemorar la tradición de la guerrilla. Un acto lastrado por las restricciones de la nueva normativa del Gobierno central.

Pero los Cruzados Mágicos siempre se han caracterizado por su activa defensa de los actos de arcabucería. De hecho, siempre abren los alardos en su comparsa y disponen de seis grandes trabucos con su escudo tallado en ellos.