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Elda

Tacones cercanos en el Museo

La directora de la colección de calzado de Elda busca financiación para engrandecer y producir una exposición potente sobre la vinculación entre los zapatos, los pies, el erotismo y el fetichismo

Los zapatos de tacón son símbolo de sensualidad en Occidente. Áxel Álvarez

La dirección del Museo del Calzado de Elda busca financiación para rescatar la exposición temporal, que acaba de desmontar y que pone de manifiesto la relación entre el erotismo y un buen par de zapatos de tacónerotismo zapatos de tacón. La pequeña muestra, que se montó con motivo del Día Mundial de los Museos ha creado precedente en la colección zapatera. En un sólo tres horas de un domingo primaveral, se acercaron hasta allí más de 60 personas y otras muchas se quedaron con las ganas de verla.

Con estos antecedentes, la directora, Loles Esteve, busca ayuda para que la exposición temporal tenga una lugar entre las vitrinas de manera para permanente. Un evento que serviría para mostrar todos los zapatos vinculados con el erotismo, el fetichismo y la sensualidad, que ahora se esconden en el almacén. Un buen par de «stiletto» o de tacón de aguja son garantía de atracción para el sexo contrario y de ello se ha hecho eco el cine, la literatura y la fotografía. Y como icono de lo que puede hacer unos tacones de entre 7 y 15 centímetros, la imagen de Marilyn Monroe está presente en la exposición rodeada de los tacones más altos que una mujer puede pisar. Desde que Christian Dior los mostrara, por vez primera, en uno de sus desfiles en 1940, el influjo del «stiletto» ha ganado adeptas. Las publicaciones eróticas de los cincuenta hicieron del tacón de aguja objeto de deseo popular y el cine catapultó los incómodos zapatos en un símbolo de belleza femenina.Entre los fondos que custodia el museo también se encuentra una réplica de los zapatos que se puso la actriz americana Demi Moore para la película «Striptease». Cuando se usa tacones, estos le provocan una curvatura de la columna vertebral con la convexidad, generalmente exagerada, hacia la parte anterior y propulsan el trasero hacia atrás, a la vez que marca los pechos. «El cambio fisiológico de la estructura del cuerpo de la mujer activa la sensualidad» comenta Esteve mostrando uno de los muchos libros que hablan del lazo entre zapatos, pies y sexualidad. Ellas se sienten más sexys y ellos, una mayor atracción.Mientras los occidentales sueñan como unas largas piernas terminan en un vertiginoso para de zapatos, para los orientales los pies también está ligados a la sexualidad. Los gustos de los chinos está unidos a algo más doloroso, que llevar tacones un par de horas. En su caso, la atracción la expresan en los pies pequeños, que son llevados al extremo con los llamados pies de media luna. Símbolo de estatus social, de sumisión y de belleza hasta principios del siglo XX no había nada más erótico para los hombres de la China Imperial, que tocar unos pies vendados desde la más tierna infancia para que fueran minúsculos. El museo también guarda como piezas de culto, dos pares de zapatos fabricados para mujeres con pies de media luna, que eran adornados con ricos y coloreados bordados. Otras de las piezas que el Museo enseña son las ricas sandalias con incrustaciones de nácar, que mujeres de harenes musulmanes han calzado. Son muchas las culturas que han utilizado el zapato como arma de sensualidad. Esteve señala que «es curioso ver como las mayores herramientas de seducción impiden a las mujeres escapar».

El fetichismo se instaló en el Museo del Calzado de la mano del cineasta, Luis García Berlanga. De él se guardan dos botas de tacones imposibles diseñadas, que fueron de uso personal. Ellas fueron las estrellas de la exposición. El mundo drag queen y sus plataformas también está presente en el universo sensual donde los zapatos cobran protagonismo.

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