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La lechuza vuelve a la noche de Novelda

La Sociedad Valenciana de Ornitología y la Concejalía de Medio Ambiente comienzan a reintroducir en el Medio Vinalopó esta rapaz que se alimenta de ratones

Los ejemplares de la lechuza que se ha comenzado a reintroducir en Novelda y el tejado de la iglesia donde anidan. información

Tres pollos de lechuza ejercitan actualmente sus alas en la cubierta de la iglesia de San Pedro de Novelda para iniciar muy pronto sus primeros vuelos nocturnos. Desde sus posaderos, entre terrazas y tejados, otearan la ciudad sin ser vistas desarrollando unas técnicas de caza que le han permitido convertirse en un gran aliado del hombre. De hecho, una sola familia de lechuzas puede depredar unos 100 ratones al mes.

Esta iniciativa forma parte de un proyecto que pretende crear en un plazo de cinco años una población estable de lechuza común (Tyto alba) en la comarca del Medio Vinalopó. Novelda va a ser el municipio pionero mediante la cría de los tres primeros pollos de estas rapaces procedentes del Centro de Recuperación de Fauna de Santa Faz, que depende de la Generalitat Valenciana.

La actuación se ha hecho realidad gracias al esfuerzo desinteresado de la bióloga Ana Sáez y del ambientólogo Ignacio Mora, dos técnicos voluntarios especializados en fauna que, con el apoyo técnico y económico de la concejalía de Medio Ambiente de Novelda y de la Sociedad Valenciana de Ornitología, están desarrollando el programa de reintroducción «hacking». Una técnica que consiste en criar los pollos en estado de semilibertad, colocándolos en un nidal acondicionado y proporcionándoles diariamente la comida de manera artificial. De este modo, según explican los expertos, los pollos aprenden a desenvolverse por sí mismos en el medio natural. Lo hacen progresivamente hasta que, pasado un tiempo, se establecen en la naturaleza de manera independiente.

Tras comprobarse que no hace muchas décadas existían ejemplares de esta rapaz criando en la iglesia de San Pedro de Novelda se ha procedido, con la colaboración del personal encargado del templo, a adecuar las bóvedas para reabrir el ventanuco que permita el acceso de las lechuzas a su interior. También se ha instalado una caja de cría y colocado varias cámaras de «fototrampeo» que permiten el seguimiento y evolución de los pollos sin interferir en su conducta.

Los malos augurios

La Tyto alba es una rapaz nocturna catalogada dentro del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Sus principales amenazas provienen de los cambios en los usos agrícolas tradicionales, las intoxicaciones por venenos para roedores, los atropellos de vehículos en los ejemplares más jóvenes, la alteración de sus hábitats de alimentación y las molestias o destrucción de sus lugares de nidificación. Algo que ha ocurrido, entre otros motivos, porque tienen especial preferencia en anidar en casas abandonas, iglesias, torreones y buhardillas. Y precisamente por este aspecto, y por el sonido que emiten al anochecer, es un ave perseguida y mitificada por los malos augurios, relacionada con los cementerios y casas encantadas y confundida con espectrales fantasmas y ánimas errantes. Una imagen inmerecida que va a empezar a cambiar con el proyecto que ahora emprende el vuelo.

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