Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El instituto del calzado en femenino

De las 62 mujeres de la plantilla de Inescop, 29 trabajan como investigadoras y sólo dos son jefas de departamento

El 49,99 por ciento de los investigadores del Instituto Tecnológico del Calzado (Inescop) son mujeres. Todo un reto en un mundo, el de la ciencia, en el que el porcentaje de mujeres investigadoras es de un 39%, según el informe Científicas en cifras 2015 del ministerio de Economía, Industria y Competitividad.

En el centro tecnológico dedicado al sector zapatero trabajan, en la actualidad, 62 mujeres y 51 hombres. De ellas 29 son científicas. Las mujeres se han ido integrando en los equipos poco a poco. Llegaron a un ámbito masculino y ahora se abren paso en puestos que antes copaban los hombres como las jefaturas de los distintos departamentos. Francisca Arán, jefa del de Nanotecnología y Encapsulación, fue la primera en alcanzar la dirección de un equipo en el organigrama del laboratorio. Otras siguen sus pasos, como la ingeniera química Elena Orgilés, que dirige el departamento de Adhesivos.

Excepto en la de Informática, en el resto de las secciones las mujeres son mayoría. Uno de ellos es el de Nanotecnología y Encapsulación, que está integrado al cien por cien por mujeres. Arán insiste en lo fácil que es trabajar con compañeras. De esta forma la científica intenta destruir el mito de que las mujeres no saben trabajar juntas. Manifiesta que «nosotras nos entendemos muy bien».

El compañerismo va más allá de lo laboral. No sólo conocen las inquietudes de sus compañeras sino también de las de sus hijos. Al hablar de los pequeños y de cómo entienden el trabajo de sus madres, Arán le dice a una de sus compañeras «cuéntale que quiere ser tu hijo de mayor». La investigadora separa la vista del ordenador y con orgullo afirma: «Quiere ser científico». Las demás, con la mirada, reafirman la satisfacción de la madre. El deseo del pequeño es ser uno de los suyos, en lugar de futbolista.

Vida familiar y trabajo

En Inescop lo tienen fácil, entre comillas. La flexibilidad horaria es una ventaja para las investigadoras que deciden ser madres y que son la mayoría. Pero no hay que olvidar que en la agenda de cualquier estudioso existen congresos, foros, ponencias y largas reuniones con sus viajes correspondientes. Son momentos en los que la familia pasa a un segundo plano. Por ello, Arán afirma que «es necesario contar con la complicidad de la pareja, de la familia para mantener el ritmo del trabajo». Sigue siendo difícil compatibilizar la investigación y la familia.

La facilidad para conciliar el trabajo y la familia es la clave para que las investigadoras sean «leales» al centro tecnológico. La química, Elena Albert, asegura que «las mujeres somos más fieles» y explica que «algunos hombres han decido aceptar otras ofertas de trabajo mejor remuneradas, pero para nosotras la flexibilidad horaria es fundamental».Albert apunta que «no sólo se nos ha facilitado ajustar horarios para disfrutar de nuestra familia sino que compatibilizamos el trabajo con otros aspectos vitales como el formativo». La investigadora de los alérgenos en el calzado subraya que «se nos favorece y estimula para realizar el doctorado». Un grado académico que está a punto de conseguir.

El horario es flexible pero el esfuerzo corre de su cuenta. Albert señala que «mi hija me pregunta cuando voy a terminar de estudiar, porque a las horas de trabajo se suman los numerosos fines de semana frente a los libros para terminar la tesis». Es duro dar un paso más en la carrera profesional.

Inescop reconoce el talento femenino. Arán señala que «ni en la universidad, ni en el entorno laboral he sufrido trato discriminatorio». Sus compañeras comparten la afirmación asintiendo con la cabeza. Apostilla que «en nuestro mundo se valora más la titulación universitaria que si eres hombre o mujer».

Frente a otras científicas teóricas, el trabajo de ellas tiene una importante parte de aplicación práctica a un sector manufacturero y tradicional. Esto les hace trabajar en equipos multidisciplinares y con compañeros de otros ámbitos laborales. Además, tienen que estar en continuó contacto con las empresas, que quieren soluciones a sus problemas.

La ingeniera química Elena Orgilés destaca que «nos dedicamos a la innovación y el desarrollo y siempre debemos ir un paso adelante de lo que demandan los empresarios». Así, uno de los retos del centro tecnológico es buscar una firma zapatera que implante el trabajo que se desarrolla en el laboratorio. Y no todas las empresas son pioneras a la hora de aplicar nuevos desarrollos e innovaciones. Pero siempre hay dos o tres firmas, las más punteras, que adaptan sus desarrollos al proceso de producción.

El trabajo de laboratorio es uno de los grandes desconocidos en el mundo laboral. Cuando se nombra la palabra ciencia, todo el mundo quiere ver probetas y microscopios, pero lo cierto es que en sus puestos de trabajos priman los ordenadores. Es la herramienta más utilizada. Arán remarca que «cuando alguien viene a Inescop se queda extrañado de la investigación que hay detrás de un zapato».

Por otro lado,Orgilés apunta que «es difícil que se entienda la base científica pero si que es cierto que las aplicaciones tecnológicas que nacen de ésta nos acercan cada vez más a la sociedad». Tan cerca que algunas de ellas ya se pueden ver en las tiendas y otras en las fábrica sobre todo en la automatización de los procesos productivos.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats