El caracal, es conocido como el «lince africano», pero como explica Cati Gerique, veterinaria del Bioparc de València, «no es de la subfamilia del lince», y se refieren así a él por los penachos negros de las orejas, similares a los del felino ibérico. Hay tradición de domesticar a este animal en países de África y Asia, incluso siendo utilizado para la caza de aves. Su venta es legal pero requiere de un permiso de animales potencialmente peligrosos y un núcleo zoológico adaptado. Gerique insiste en que es un animal potencialmente peligroso y que «nos puede parecer una burrada su tenencia, más aún pensado en la cantidad de animales que esperan un hogar en los refugios».