Los vecinos de la calle de la Cañada en Villena se encontraron en la mañana de ayer viernes con una inesperada sorpresa, la presencia de un ataúd vacío y en buen estado de conservación, junto a un grupo de contenedores de basura ubicados en esta zona de la ciudad.
La imagen de un féretro cerrado junto a los contenedores corrió como la pólvora entre las redes sociales y los whatsapp de los villenenses dando lugar a todo tipo de conjeturas, bromas y «memes» sobre la procedencia del mismo, la manera en la que había ido a parar a los contenedores de basura, así como su próximo destino.
El revuelo ocasionado en la ciudad fue tal que la noticia de la existencia de un ataúd en la calle de la Cañada llegó a oídos de la concejalía de Servicios.
De este modo, y ante el sorprendente y extraño «residuo» depositado junto a los contenedores de basura, la edil responsable del área solicitó a la empresa de limpieza que se trasladase a la zona para retirarlo. Asimismo, se dio aviso al personal del cementerio municipal advirtiendo de que la empresa trasladaría el ataúd para su posterior incineración en las instalaciones municipales con el fin de deshacerse del espeluznante «residuo».
Tal y como se había acordado, los trabajadores de la empresa de limpieza se desplazaron hasta la calle de la Cañada para retirar el féretro y trasladarlo al Cementerio. No obstante, los operarios se quedaron estupefactos al comprobar que el ataúd «misteriosamente» había desaparecido de la vía, generando desconcierto.
Finalmente, ha transcendido que la presencia del ataúd en una de las calles de la ciudad fue el resultado de una macabra «broma». El propietario de un solar pegado a la vía había contratado los servicios de limpieza y acondicionamiento de los terrenos de su propiedad. En las tareas de adecuación, dos operarios decidieron -en la mañana de ayer y con el fin de gastar una broma- trasladar el féretro junto al grupo de contenedores de basura, hacerle una fotografía y después subirla a las redes sociales. Minutos después, los operarios retiraron el ataúd de la calle, como si nada hubiese pasado, aunque las redes sociales ya se habían incendiado con lo insólito del hecho.