Los trabajos de recuperación del castillo de Elda están paralizados de forma indefinida. A pesar de los múltiples anuncios de su reanudación tras la finalización de las catas arqueológicas, las tareas de micropilotaje y de recuperación del antemural nunca llegan. El problema radica en el desacuerdo entre la administración autonómica y la empresa adjudicataria de las obras de consolidación, que pide más dinero para hacer frente a las tareas.

Dos años después de que la Generalitat licitará la obra y que el ayuntamiento entregase las llaves de la fortaleza a la adjudicataria, sólo se ha ejecutado un 7 por ciento de los trabajos. En marzo de 2015 se anunció que el plazo de ejecución era de 7 meses y su presupuesto de 500.000 euros. Una previsión económica que ha resultado insuficiente, según la empresa. Sin embargo, la conselleria de Cultura no está dispuesta invertir un euro más de lo acordado.

A este respecto, el concejal de Patrimonio de Elda, ciudad que posee la titularidad del palacio condal, Amado Navalón, argumentó que «el presupuesto de las obras era de 800.000 euros y la empresa se las asumió con una baja temeraria de 400.000 euros».

El enfrentamiento económico no se ha solventado a pesar de las reuniones entre la empresa y la administración autonómica. Entrevistas en las que ha participado el Ayuntamiento de Elda como convidado de piedra y el mayor interesado en la ejecución de las obras como primer paso para la recuperación de la fortaleza y para que el castillo sea visitable. Navalón no esconde su preocupación por esta parálisis.

Y mientras las obras están paradas, el grupo municipal popular de Elda denuncia que la emblemática torre T10 del castillo de Elda, que mira a la calle Novo Hamburgo, «desafia las leyes de la gravedad». El concejal del PP, Francisco Mateos, explicó con detalle el estado de estos vestigios patrimoniales y señaló que «la parte baja de la torre se encuentra descarnada y en este espacio es donde tiene que ir el antemural, que debe funcionar a modo de contención para que no caiga». Asimismo pide al equipo de gobierno que gestione y aporte una solución para frenar la degradación de este bien patrimonial.

Frente a estas declaraciones, Navalón aseguró que los técnicos de la conselleria de Cultura aseguraron que «la T10 no corre peligro alguno porque está apuntalada», aunque la puerta del palacio condal ya cayó al suelo con motivo de la lluvias. El desplome lo causaron las catas arqueológica que han dejado al aire los cimientos de parte de los vestigios que quedan en pie. El titular de Patrimonio no sólo rechazó las criticas de los populares sino que señaló que la difícil situación se debe a la gestión del PP que aceptó «una baja temeraria».

Mateos ha propuesto la creación de una plataforma compuesta por distintas asociaciones culturales que velen por la conservación y recuperación del castillo que «corre un grave peligro».