Nunca llueve a gusto de todos. Y así fue en los meses de diciembre y de enero, cuando en plena campaña de recolección de la uva de mesa, el agua provocó numerosos daños. El sector sector vio perder su producción, solo en el último trienio, en una media del 32% en el conjunto de la comarca. También la sequía del verano hizo mella en una reducción en la producción de este cultivo, que emplea en temporada alta a de 10.000 agricultores.