Aguas de Alicante compensará a todos sus clientes de Petrer y Monforte del Cid que se hayan visto afectados por la restricción en el consumo de agua para beber y cocinar ordenada por Salud Pública. Tras levantarse esta medida en la tarde del pasado martes, seis días después de que entrara en vigor, ayer el alcalde de Petrer, el socialista Alfonso Lacasa, y la concejala de Sanidad, Silvia Rodríguez, de Compromís, realizaron una valoración de la situación vivida en el municipio a consecuencia de la incidencia, informando de que el Ayuntamiento ya está en conversaciones con Aguas de Alicante para que aclare qué medidas va a adoptar para compensar a sus abonados, los vecinos y vecinas de Petrer, por las molestias ocasionadas durante estos días.

Para el alcalde el objetivo prioritario de la acción de gobierno durante estos días ha sido «hacer que Aguas de Alicante diese servicio de agua potable lo antes posible y con todas las garantías sanitarias siguiendo las indicaciones de Salud Pública». La primera autoridad local ha señalado que «una vez que todos los vecinos y vecinas ya tenemos agua potable, ahora es el momento de pedir responsabilidad por los problemas en el suministro». En ese sentido Lacasa ha querido dejar claro que, además de pedirle a Aguas de Alicante que concrete las medidas que va a adoptar para compensar a los petrerenses por las molestias ocasionadas, también va a preguntarle por las actuaciones previstas en materia de infraestructuras para que esta situación no se vuelva a repetir». La misma postura que ha adoptado la alcaldesa de Monforte, María Dolores Berenguer, de IU.

Una vez que la empresa suministradora tuvo conocimiento de la comparecencia pública del alcalde, la dirección de Aguas de Alicante adelantó a este diario que ya se están barajando varias alternativas para compensar los perjuicios ocasionados. Unas molestias que se originaron en la madrugada del martes 7 de marzo a consecuencia del hundimiento del terreno en un tramo de la red de canalizaciones situado en Sax, junto a la autovía de Madrid. Este inesperado incidente rompió una bóveda de la conducción procedente de los pozos de Villena, de tal modo que el arrastre de tierra hizo que los parámetros de turbidez superarán el índice que establece la normativa para el agua potable.