? «¿Cómo está tu madre?», «¿se encuentra mejor?» son algunas de las frases con las que empieza o termina el proceso de venta en los establecimientos del centro histórico de la ciudad. Los clientes asiduos son más que clientes, son amigos, son vecinos. Los comerciantes les conocen por nombre y apellido y se preocupan de cómo se encuentran sus familias, de su salud, de los estudios de los hijos. Saben sus gustos y sus preferencias sin preguntar. Durante años han mantenido una relación constante y con la aparición de más de un cliente en la tienda, la tertulia acerca de la vida más cotidiana de Elda está servida. Pero no sólo el interior del establecimiento es un lugar de tertulia, también la puerta de entrada se convierte en una zona donde frenar el ajetreado e intenso día para comentar lo último que ha acontecido tanto a nivel local como en el panorama nacional.