Las partidas rurales de algunos municipios del Alto Vinalopó están sufriendo en las dos últimas semanas un incremento en el número de robos. Los ladrones, al parecer podría tratarse de la misma banda, suelen actuar en fincas de parajes aislados y alejados de los núcleos habitados. Además, cometen las sustracciones en horario diurno y se llevan consigo todo lo que encuentran. Especialmente herramientas y aperos agrícolas así como cables de cobre o cualquier electrodoméstico y maquinaria susceptible de contener el preciado mental. Precisamente, este tipo de botín facilita su venta en el mercado negro para obtener un beneficio rápido y sin apenas dejar rastro, con lo que dificulta la labor de investigación que lleva a cabo la Guardia Civil.

Los perjuicios que estos robos están generando son variables. En algunos casos son reducidos pero en otros resultan cuantiosos. Sobre todo por los destrozos ocasionados en casas, naves, vallas e instalaciones. Entre el sector agrícola del Alto Vinalopó comienza a crecer el sentimiento de desprotección pero la Guardia Civil sigue adelante con sus pesquisas, para tratar de detener a los autores y devolver la tranquilidad al campo.