El paso del tiempo ha hecho mella en la parte superior del templo de Santa Ana de Elda, en sus cúpulas y en sus terrazas. Las filtraciones y desprendimientos de algunas de las piezas fueron los primeros síntomas que manifestaron el mal estado de la cubierta del templo que se está reparando. La iglesia mantiene su actividad y sus oficios religiosos con normalidad ya que en el interior no se está realizando obra alguna.
La falta de mantenimiento de las zonas más altas en los 70 años que la nueva Santa Ana lleva en pie es el origen de los desperfectos. Así se indica en el estudio que realizó el obispado y en el que se advirtió de la necesidad de abordar con celeridad la reparación para evitar que las filtraciones provocasen humedades y, por tanto, daños en el interior de la parroquia.
Los trabajos que se iniciaron antes de Navidad han sufrido retrasos debido a la invernal climatología con lluvia y nieve que paralizaron por unos días las labores de rehabilitación. Ahora, se han reiniciado a buen ritmo y prácticamente todos los días se puede ver a algún obrero encaramarse a las zonas más altas de la iglesia.
La obra se centra en la reconstrucción de la cúpula y en la reposición de la tela asfáltica y pavimentación de las terrazas colindantes. Además se va a anclar la veleta que corona la bóveda. El elemento había perdido su sujeción debido al movimiento de las tejas azules e incluso algunas se habían caído.
El coste de esta actuación de mejora se eleva a unos 100.000 euros, según indicó el párroco Juan Agost. Queda pendiente, según el sacerdote, «las torres y la fachada pero tendrán que esperar a que la economía del temcplo esté más boyante».
La iglesia de Santa Ana, la parroquia más antigua de Elda, fue fundada en 1528 sobre los restos de una mezquita existente por orden de Juan Francisco Pérez Calvillo Coloma (II Señor de Elda). El templo se destruyó totalmente en 1936. Una vez finalizada la Guerra Civil, comenzó a ser reconstruida a partir del año 1939 sobre los restos de la antigua. La obra finalizó en 1944. La cúpula de la iglesia de Santa Ana es uno de los elementos más significativos de la ciudad y su silueta junto a las dos torres se ha convertido en un símbolo de Elda.
