Un joven, que ocultaba su rostro con una braga al cuello, unas gafas de sol y una capucha atracó ayer, al filo de las dos de la tarde, la administración de la lotería número 4, «El Progreso», de Elda, que se encuentra en la calle Petrer.

La dueña del despacho relató que, a punto de cerrar, entró un encapuchado a la oficina donde se encontraban la dependienta y una amiga suya que le esperaba sentada en un banco. El atracador amenazó a la dependienta con hacer daño a su amiga, mientras le colocaba el cuchillo en la garganta. Así la empleada de la administración, que se encontraba tras el cristal de seguridad, accedió a la petición entregándole todo el dinero que, en ese momento, se encontraba en la caja. La dueña asegura que «no sabríamos precisar cuanto dinero se ha llevado, pero era bastante».

A la salida del establecimiento, el atracador se encontró con un cliente habitual y entre éste y la persona amenazada, ya liberada, intentaron darle caza por la calle Petrer. Los dos pudieron ver la cara del presunto atracador, que finalmente, se dio a la fuga. Horas después la Policía Nacional lograba detener al presunto ladrón en los alrededores de la avenida Reina Victoria.

Por otro lado, dos motoristas cometieron ayer un atraco sobre las doce y media de la mañana en una sucursal de BMN (la antigua Caja Murcia) en Pinoso. Uno de los asaltantes entró a la entidad sin quitarse el casco y esgrimiendo una pistola con la que amenazó a los trabajadores. El conductor de la motocicleta de gran cilindrada, con la que huyeron, le esperaba mientras tanto en la calle con el motor en marcha. Ambos huyeron con un botín de unos 4.000 euros sin que nadie resultara herido.

La sucursal asaltada se encuentran a escasos metros del Ayuntamiento de Pinoso y es una zona céntrica y muy transitada por los vecinos de la localidad. Los atracadores esperaron a que el jefe de la Policía Local se marchara con el coche patrulla aparcado junto al Ayuntamiento para cometer el robo. De hecho, a los pocos minutos perpetraron el atraco y, al parecer, huyeron a toda velocidad en dirección Monóvar. El alcalde, Lázaro Azorín, se interesó por lo ocurrido y mostró su apoyo a los trabajadores de la caja tras el susto.