El agresor actuó como un autómata y solo depuso su actitud cuando vio al agente de la Policía Local. Además, el modo en el que cometió el ataque, sin dirigirse a nadie en concreto ni pronunciar palabra alguna, ofrece serias dudas a los especialistas de que se trate de una venganza por las burlas recibidas debido a sus buenas notas y su forma de vestir alejada de la moda. Además, una de las acuchilladas también es una alumna brillante y su comportamiento siempre ha sido respetuoso con todos sus compañeros. Lo habitual en los casos de límite psicológico por bullying es que las víctimas actúen contra sus «verdugos» y éste no es precisamente el caso porque el ataque ha sido indiscriminado.