Los Moros y Cristianos de Elda leyeron ayer un nuevo capítulo de una historia que cada año reescribe su relato con nuevos protagonistas. Así, en el iglesia de Santa Ana y bajo la atenta mirada de la imagen de San Antón, los capitanes y abanderadas de 2016 dijeron adiós a un año muy especial mientras que los de 2017 respiraron hondo para asumir la banda acreditativa que les avala como los representantes de su comparsa en 2017.

El altar de la iglesia sirvió un año más para el acto en el que los capitanes de 2016 ataviados con las ricas vestimentas de su cargo le pasan el mando a sus sucesores. Allí unos se funden en un abrazo, otros enjuagan sus lágrimas y las abanderadas entregan a quienes les suceden la bandera, la mayor enseña de los colores de cada una de las nueve comparsas eldenses.

La proclamación de Capitanes y Abanderadas es un acto sencillo que pone de manifiesto la pervivencia de los Moros y Cristianos locales. Y esto es lo que la Junta Central de Comparsas representó en el entrañable acto en el que unos pequeños le leyeron la historia de estas fiestas a sus ancianos abuelos ciegos. Todo ello con un decorado que representaba la biblioteca de la Media Fiesta. De hecho, uno de elementos del patrón de estos festejos, San Antón, es el libro que porta en su mano. Y en ellos se basó la Junta Central para crear el hilo conductor del acto.

Una vez finalizada la proclamación, los embajadores, una de las figuras que está cobrando cada vez más protagonismo en la fiesta, salieron de la iglesia y detrás cada una de los capitanes y abanderadas. Poco después, integrantes de la comparsa de Estudiantes portaron en sus hombros a San Antón para trasladarlo hasta la ermita que lleva su nombre a la celebración de los Moros y Cristianos.

Calles abarrotadas

Desde la plaza Castelar partieron las nueve comparsas en el desfile de Honor, que cierra la Media Fiesta. Primero las calles se llenaron de marchas moras. Las escuadras galardonadas del bando de la media luna mostraron su buen hacer en unas calles en las que el público se agolpaban sorteando el frío de la mañana. Tras ellos llegaron las huestes de la cruz. Todos acompañados por las capitanías de 2016 y las de 2017. Con este desfile, los festeros se quitaban el sabor agridulce de una Media Fiesta marcada por el frío y la lluvia en la que se tuvieron que suspender varios actos pero en la que también se vivieron momentos muy emotivos como el rápido traslado de San Antón el sábado así como la emocionante llegada de la imagen del santo anacoreta a Santa Ana.

Por otra parte, la Mayordomía de San Antón entregó ayer a la Policía Local de Elda, el «Gorrinico de Honor» por su contribución al buen desarrollo de las fiestas. El Intendente Jefe, Francisco Cazorla, recogió de manos de la presidenta de la Mayordomía el galardón.