El sector de la uva de mesa embolsada del Vinalopó ha manifestado su malestar y preocupación por la situación «insostenible» a la que está siendo sometido el final de la campaña, consecuencia de las «prácticas abusivas y desleales» que se quieren consolidar en la comercialización y que, de materializarse, terminarían por ahogar definitivamente al agricultor y el comercio. Por eso los agentes del sector exigen precios justos y acabar con esta situación, acordando realizar una inspección y seguimiento, puntual, constante y activo para vigilar la transparencia, legalidad y el cumplimiento de la Ley de Mejora de la Cadena Alimentaria. En caso contrario han advertido que denunciarán a la AICA (Agencia de Información y Control de Alimentos) las posibles incidencias e irregularidades que se puedan producir en las relaciones comerciales.

Es la principal cuestión que se abordó ayer en Novelda, durante la reunión con carácter urgente de la «Mesa de Crisis del sector de Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó», que integran las organizaciones agrarias ASAJA Alicante, La Unió y COAG-CV, la Asociación de Exportadores de Uva, FEXPHAL, el Consejo Regulador, las Cooperativas de Monforte del Cid, Agost, La Romana y Novelda y las comunidades de regantes más importantes del Medio Vinalopó.

Lo que reclama el sector es que el valor de los «inputs» repercuta sobre el precio en esta campaña tan excepcional y, por ende, que no se utilice esta fruta como producto reclamo en los supermercados para incentivar el consumo de otros artículos.

«Este año hacer algo así sería de una deslealtad destructiva, incalificable y tendría un daño irreparable. En consecuencia, esperamos que los mercados y la gran distribución estén a la altura, destierren las prácticas abusivas que sólo buscan su máxima rentabilidad y no nos terminen de triturar», indicaron al finalizar la reunión los miembros de la «Mesa de Crisis». Entre otras razones porque se estima que los gastos para poder sacar adelante la presente cosecha se han incrementado en más de 35% en campo y un 50% en costes de almacén para la selección y envasado de la uva. Y todo ello sin obtener ningún ingreso a cambio, lo que está resultando muy gravoso para los productores, que ya vienen arrastrando una campaña caracterizada por los bajos precios en origen.