Elche espera también como agua de mayo la llegada del AVE y la entrada en funcionamiento de su estación o apeadero, según a qué partido político se le pregunte, en la pedanía de Matola.
En el enclave escogido para que el tren de Alta Velocidad se detenga en la comarca del Baix Vinalopó, entre Elche y Crevillent, y en paralelo a la autovía, se puede decir que los andenes están bastante avanzados, al igual que la instalación y el vallado de las líneas férreas y los sistemas de electrificación. Al menos aparentemente, ya que desde Adif y Fomento se señala que en lo que concierne a la parada de Elche no hay novedades. Todavía están por desarrollar las conexiones por carretera de acceso y el aparcamiento, entre otras cosas.
Precisamente, el tripartito de la ciudad ilicitana aprobó el pasado verano una moción en la que, entre otras cosas, propugnaba que la estación del AVE de Matola «por sus características propias, debe ser la estación de referencia del AVE en la provincia». El hecho de que sea una estación periurbana y no intraurbana, como la de Alicante, invitaba a reivindicar este hecho, máxime tras conocerse los problemas de enlace con otras ciudades como Benidorm. El alcalde ilicitano, Carlos González, nada más tomar posesión De la Serna como ministro de Fomento, solicitó una reunión con su gabinete para abordar ésta y otras cuestiones de infraestructuras para Elche.
