Los festeros de Monforte del Cid cerraron anoche el programa oficial de actos de su tercer día de Moros y Cristianos con la Bajada de las Guerrillas. Fue un «día redondo, un día espectacular» señaló la concejala de Fiestas, Laura Olmos, aludiendo al buen tiempo reinante, la alta participación y la ausencia de incidentes.

El desfile partió de la calle Reyes Católicos y las comparsas de Moros, Contrabandistas y Cristianos recorrieron la avenida de Alicante para recibir los aplausos del numeroso público que acudió a la cita. El día fue cálido, la noche acompañaba y en Monforte había muchas ganas de fiesta.

Eran las nueve y llegaba el momento de dejar las «armas» a buen recaudo para reponer fuerzas con las cenas y los bailes, en las sedes y los cuartelillos, porque las veladas monfortinas se alargan en diciembre hasta bien entrada la madrugada. Pero todo comenzó a las ocho de la mañana con el despertar de las campanas. Después la Santa Misa y antes de la Misa Solemne, que fue cantada por el coro parroquial, tuvo lugar el colorista pasacalles. Cada comparsa partió de su sede social para recoger a los cargos que los esperaban en sus cuartelillos. Desde allí al Ayuntamiento, de donde subieron los festeros hasta la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, el templo al que las autoridades acudieron este año acompañadas por la comparsa de Moros.

Los primeros versos de la Arenga y Embajada Contrabandista se escucharon en Monforte a la una del mediodía y tres horas más tarde los arcabuces hicieron temblar las calles por vez primera en la celebración de este año. Empezaba la Guerrilla desde el castillo de madera en una tarde primaveral que los Moros aprovecharon para conquistar la plaza con Arenga, Embajada y la media luna por testigo. Una plaza que vuelve esta tarde a manos cristianas para rememorar la Reconquista. Pero hasta mañana Monforte sigue inmersa en plenas fiestas.