La feria de la Purísima de Elda también conocida como la de «los caballitos » es la tradición cultural y comercial viva más antigua de Elda. En este sentido, el cronista de la ciudad, Gabriel Segura indica que «incluso es más antigua que los Santos Patronos».

La feria ha sobrevivido a los avatares y a las modas de los distintos siglos hasta llegar a cumplir, en 2016, sus 550 años de historia. Poco se parece la actual a la que se instaló en 1466 cuando Juan II de Aragón concedió a Elda este privilegio. La del siglo XV era de carácter comercial, propia de una tierra de fronteras cercana al reino de Castilla, donde se intercambiaban productos agrícolas y aperos de labranza. Y hasta el siglo XX permaneció inalterable siendo su ubicación la plaza del pueblo, ahora la del Ayuntamiento. Únicamente en 1518, la reina de Castilla Juana I, con el sobrenombre de «La loca», trasladó la concesión de la celebración de la feria del mes de octubre hasta la primera quincena de diciembre para evitar la competencia con la de Alicante. Poco a poco se fue acortando en jornadas y se centró en los días cercanos a la festividad de la patrona de España, la Inmaculada Concepción o la Purísima.

La de Elda, en el siglo XIX fue un referente en la provincia. En 1878, en el periódico alicantino «El Graduador» se escribieron crónicas sobre el interés de los alicantinos en acudir a la feria de Elda. Sin embargo, años después era menospreciada hasta el punto que el alcalde de 1922 planteó la posibilidad de eliminar la feria tradicional siguiendo la corriente de pensamiento de parte de la población. En 2016 y con motivo la de celebración del 550 se quiere potenciar la feria para los que se ha programado un calendario de actividades entre las que se encuentra la inauguración de la feria el próximo 6 de diciembre, que contará con una recreación histórica donde se leerá el texto de la concesión del privilegio otorgado por Juan II de Aragón por el grupo Carasses.

La feria de Elda desde los 70 hasta la actualidad ha ido cambiando de ubicación al tiempo que el urbanismo crecía. De la plaza del Ayuntamiento hasta la Almafrá donde ahora se instala. En la actualidad las casetas de turrón, almendras garrapiñadas y algodón de azúcar conviven con las hamburguesas y los perritos calientes. Pero los feriantes también ha debido adaptarse a los gusto de sus nuevos clientes.